Tropical, una palabra que nos recuerda el sur de Tamaulipas y es que en esta región debemos acostumbrarnos a resistir altas temperaturas. Llegado el verano, mientras paseas en pantalones cortos, luego de comer una torta de la barda o unos tacos en los mercados, es necesario algo para refrescarse.
Claro que tenemos de sobra productos comerciales que encontramos en cualquier tienda de autoservicio, pero en ocasiones preferimos algo local, natural, frío y delicioso.
Es así como sin dejarnos morir por el calor llegó al rescate, en su carrito de paletas, Ramón Hernández Rodríguez, quien a sus más de 70 años sigue vendiendo estos ricos y refrescantes productos por la zona centro de Tampico.
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PALETAS HELADAS DE JOBITO
No podíamos quedarnos con el antojo de disfrutar una rica paleta ya sea de limón, uva, tamarindo o la joya de la temporada: las de jobito.
Don Ramón comenta que la clave y lo que sigue volviendo populares a estas paletas, es que son preparadas de manera natural, lo que las hace frescas y no empalagar al paladar, como muchas del giro comercial que pueden estar repletas de conservadores y otros químicos. A lo anterior se suma lo económicas que son.
“De buena manera es como hay que atender a la gente, me gusta servir para cosechar algo, esa es la clave”, menciona el hombre afirmando que este trabajo lo llena de satisfacción, aun cuando lo realiza por necesidad.
EL ESKIMAL, CUBIERTA DE CHOCOLATE Y COCO
Ya hablamos de los varios sabores que conocemos, pero en opinión del caballero su favorito es “el esquimal”, una paleta de leche cubierta de chocolate y espolvoreada con coco, que deja un cremoso sabor en boca.
Tampoco podemos dejar a un lado los “sándwiches”, que son una combinación de galleta rellena de nieve, de la que hay que tener mucho cuidado al comerla porque con este calor puede irse derritiendo entre tus dedos.
SABOR TRADICIONAL DEL PUERTO
Se miran -tanto en sus manos que reflejan el pasar de los años y el uso que da al antiguo periódico para cubrir las tapas de su carrito- la tradición y los años de experiencia que hoy, con el esfuerzo de esas mismas “armas”, trata de sacar adelante a su familia, por lo que recorre diariamente las calles pese al abrazador sol.
Don Ramón recibe siempre a quienes gusten refrescarse con una buena charla por las calles del puerto, con ellos comparte un fresco momento a cambio de 10 pesos. Sus paletas, más allá de “espantar” momentáneamente al calor, te permiten recordar el esfuerzo y la vitalidad de algunos comerciantes tampiqueños que por su sonrisa se ganan el corazón de la gente.