Plantando cara a un grupo armado que quería despojarlo de su hogar, don Alejo, de 77 años, logró pasar a la historia en las páginas de un cómic extranjero por haber defendido “a puro plomazo” el lugar que lo vio nacer en el noreste de México.
Captó la atención del guionista español Ricardo Vílbor, quien como apasionado de la novela ranchera encontró una inspiración para hacer una gran historia y a su vez homenaje al héroe mexicano inmortalizado en coloridas páginas gracias al arte de Max Vento.
SIN PODERES, NI ARMADURA, “A PURO PLOMAZO”
“Le vieil homme et les narcos” (El Viejo y los Narcos), es la historieta que narra cómo el hombre al mismo estilo de “El castigador”, sin superpoderes y utilizando solo su armamento de cacería, logra plantarle cara a un grupo armado que buscaba despojarlo de su vivienda.
Buscando evitar a toda costa el daño colateral, Alejo despide a los empleados de su rancho dándoles su paga y despidiéndose de ellos, dispuesto a entregar su vida al defender con honor -como el Capitán América-, siendo el último hombre en pie, reflejando los valores y sentimientos que profesaba a su hogar.
ENFRENTÁNDOSE AL PELIGRO REAL
No había una invasión alienígena de hombrecillos verdes con ojos saltones, no era un hombre lobo o una mujer vampiro, don Alejo se enfrentó con sus propias manos un terror real y conocido por los mexicanos, se impuso a la injusticia del crimen organizado.
Desempolvando sus escopetas de caza con la firme determinación de defender su hogar, como un hombre libre y digno, se plantó ante la realidad y en el encontronazo a plomo dejó heridos a dos delincuentes, terminando con la vida de cuatro.
Entre el olor a pólvora y el amainar del tableteado de pistolas y metralletas, don Alejo se desvaneció en el suelo al recibir un disparo en la cabeza y otro en el pecho, quedando ahí la historia de heroísmo que inspiró el cómic “Le vieil homme et les narcos”.
LA CONSTELACIÓN DE HÉROES MEXICANOS
Don Alejo se sumó a Kalimán, El Santo, El Zorro o El Chapulín Colorado, quien sin mallas de colores o una máscara para cubrir su identidad logró formar parte de la constelación de superhéroes mexicanos, codeándose con grandes estrellas de las historietas como Superman, Spiderman o Batman.
La historia del septuagenario defendiendo su hogar logró convertirlo en leyenda, como un ejemplo que los héroes no están en las páginas de un cómic, están en cada persona que con heroísmo y valentía se imponen a las injusticias, aunque esto les cueste la vida.
Tal como lo diría Zeus en aquella película de Disney, “Un héroe verdadero no lo es por el tamaño de sus músculos, sino por el de su corazón”.