La Diócesis de Tampico representada por el obispo José Armando Alvarez Cano, dio a conocer algunas disposiciones eclesiásticas que deberán ser tomadas en cuenta ante la emergencia sanitaria que se vive en nuestro país a causa del COVID-19 (Coronavirus), y particularmente en la zona conurbada donde ya se dio el primer caso positivo que se encuentra actualmente en aislamiento.
En un comunicado destacó que la emergencia sanitaria brinda la oportunidad de intensificar y fortalecer la confianza en Dios, orando por todas las personas y países que pasan momentos difíciles por el azote de esta enfermedad, que nos insta a evitar situaciones de pánico y ayudar principalmente a los niños a comprender esta situación en un ambiente de natural y responsable.
Las personas que consideren que no es conveniente asistir a las celebraciones eucarísticas, quedan dispensadas de la obligación de asistir a la misa dominical y fiestas del Precepto, y podrán aprovechar las celebraciones que se transmiten por los diversos medios de comunicación, rezando el Rosario en familia o leyendo la palabra de Dios.
Es necesario en estos momentos de sensibilidad espiritual, mantener los templos abiertos en sus horarios habituales, así como las capillas de adoración, para que las personas tengan la oportunidad de acudir a su oración personal o en pequeños grupos.
A quienes decidan participar en la misa en el templo, se les pide que observen todas las medidas de higiene dispuestas por las autoridades sanitarias, y si alguna persona presenta síntomas de resfriado se abstenga de asistir y puede mantenerse en oración desde casa, además de que durante la celebración de la santa misa, ofrezcan el signo de la paz con una reverencia y eviten el saludo de mano.
A los grupos y movimientos laicales que se reúnen en número considerable a nivel parroquial, decanal o diocesano, se les pide se abstengan de hacerlo hasta que se haya superado esta situación de emergencia.
A todos los presbíteros se les pide suspendan la catequesis escolarizada, e implementen las medidas sanitarias que estén a su alcance; en los recintos sagrados y de ser posible celebren la santa misa en lugares abiertos procurando ser breves en las homilias.
Es necesario aprovechar esta oportunidad para una convivencia familiar más estrecha que fortalezca una mayor comunicación entre los miembros y utilizar con creatividad este tiempo, especialmente con los niños para que puedan realizar actividades que los hagan crecer.
El señor obispo apeló al sentido común y de responsabilidad de los presbíteros para determinar adecuadamente de todos los detalles que esta situación requiere, teniendo como prioridad la salud de las personas y la solidaridad con todos los enfermos, e invitó a todos a estar dispuestos a colaborar con las indicaciones que vayan emitiendo las autoridades ante la evolución de los acontecimientos.