Una situación ajena a ella la orilló a cursar una carrera la cual al principio no le agradaba, sin embargo con los consejos de un amigo y la fe en Dios terminó por gustarle hasta graduarse de ingeniera eléctrica y gracias a eso en estos momentos cuenta con una fuente de trabajo estable.
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“Mi carrera técnica no tiene nada que ver con la carrera que estudié, cuando yo inicié la carrera de ingeniería en Electricidad yo iba a cambiarme de carrera porque no era la que yo quería”, expresó la joven profesionista Martha Manuela Pérez Juárez.
Por circunstancias de la vida, el consejo de un buen amigo y la fe en Dios la ayudaron a tomar una importante decisión y continuar con esta ingeniería en el Tecnológico Nacional de México, Campus Ciudad Madero.
“En el segundo semestre me dan la oportunidad de cambiarme de carrera, pero en ese momento cuando ya me iba a cambiar y hacer todo el trámite me habló un ingeniero y me dijo, oye qué vas a hacer y me empezó a hablar de la palabra de Dios y me dice, oye por qué no piensas que Dios te tiene preparado algo para ti, por qué no mejor te quedas ahí”, expresó.
Y así fue, ella decidió continuar y antes de que finalizara la carrera encontró un trabajo en el cual actualmente se desempeña.
Al principio era complicado que las personas confíaran en un recién egresado y aún más en una mujer, en un ámbito que regularmente es dominado por los hombres, sin embargo ha sabido incursionar y ganarse un respeto del resto de sus compañeros de trabajo.
“Fue complicado por varias razones, principalmente porque las empresas de ingeniería al igual que en otros sectores, requieren experiencia mínima recién egresada.
También por ser mujer casi siempre me ofrecían trabajos administrativos, sin darme la oportunidad de desarrollarme en campo, tanto los empleadores como los compañeros del sector no están tan acostumbrados a ver mujeres ingenieras y muchas veces dudaban de mis capacidades laborales”, citó.
Actualmente mantiene comunicación con cinco compañeras del Instituto Tecnológico de Ciudad Madero y en el que al igual que ella, han logrado crecer en el ámbito laboral y desarrollarse como profesionales en esta área.
“Sé que cinco de ellas tienen un trabajo donde al igual que los hombres son tratadas y valoradas por sus capacidades como ingenieras”, externó.
Martha invitó a todas las mujeres que tengan el deseo de estudiar alguna ingeniería, lo hagan y dejen a un lado los prejuicios sociales y que crean en sus capacidades para poder terminar la carrera y posteriormente ingresar al mundo laboral, en el cual poco a poco las mujeres, sin duda, van ganando terreno.