La celebración del Día de la Marina Nacional llega hoy en un escenario complejo para el sector, con tripulaciones atrapadas en embarcaciones de todo el mundo por el confinamiento a causa del Covid-19, la paralización casi total de la industria turística marítima, así como la caída del transporte de mercancías y un número reducido de empresas de buques y empresas mexicanos, lo que no ofrece mucho qué festejar en este año.
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La primera ocasión en que se celebró esa fecha en México, fue el 1° de junio de 1942, que sirvió además, para homenajear a las tripulaciones de los buques tanques mexicanos “Potrero del Llano” y “Faja de Oro” torpedeados y hundidos por submarinos alemanes, en mayo de ese mismo año durante el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, en un contexto desafiante para la gente de mar.
El Cap. Rogelio Knight Castillo, presidente del Colegio de Marinos de Tamaulipas, afirma que la amenaza de la pandemia por el coronavirus que tiene en desasosiego al mundo, no ha dejado a ese sector exento y como nunca antes los marinos afrontan situaciones sumamente críticas, al permanecer un gran número de tripulantes, por meses atrapados en los barcos, sin poder retornar a sus países de origen.
“La actividad hoy es muy difícil, la marina mercante ha caído, los protocolos sanitarios son muy exigentes, hay una baja notoria en la productividad, con un impacto económico muy serio para la comunidad que en México integran más de 100 mil personas”.
GRANDES RETOS
El comercio mundial se mueve 80% por mar y en el presente afronta grandes retos, con la caída de más de 40% en el tráfico de carga, así como 50% del petróleo, que dejó de moverse por la propagación de la pandemia y el conflicto entre los países productores, expuso el capitán Guillermo Parra Avello, del Frente Unido de Marinos de Tamaulipas.
Hoy la Marina Nacional, y por ende la Marina Mercante en México, que conmemora el 103º aniversario del artículo 32, que tuvo su mejor época en la década de los 60, 70 y 80, sobre todo en el tráfico de altura, ya que se llegó a tener cerca de las 100 embarcaciones mayores y a más de 40 embarcaciones menores, resultado de los incentivos y apoyos del gobierno federal.
Pero lamentablemente, el medio marítimo fue de los primeros en sufrir la fuerza avasalladora de la globalización, que dio inicio de la década de los años 90 y no tanto por situaciones ajenas a nuestro país, sino más bien por políticas equivocadas del gobierno federal.
Ahora, escasamente, se reduce a 17 buques tanque, propiedad de Pemex; y más otros tantos arrendados al servicio de la flota, que en nada ayudan al sector social, pues son alquilados con todo y tripulación extranjera.
El Cap. Parra menciona que en la Sonda de Campeche, para el servicio “off-shore”, existen alrededor de 300 embarcaciones entre: barcos-taller; abastecedores; remolcadores; plataformas habitacionales; plataformas de perforación; buques de almacenamiento; buques de producción; lanchas de pasaje; de de las cuales aproximadamente 60% son mexicanas, pero la mayoría de empresas “temporales” cuya permanencia y la de sus “embarcaciones” se da al amparo de los contratos concedidos por Pemex.
Ante ello, la propuesta del Frente Unido de Marinos es que el gobierno federal de la 4T fomente el sector y aprovechar la riqueza que tenemos con un comercio marítimo estimado en 25 mil millones de dólares al año, con barcos que transportan con mercancías de importación y exportación, sin que uno solo enarbole la bandera nacional, ni mucho menos se contrata a marinos mexicanos.
MARINA NACIONAL DE GRAN ORGULLO
Este día también está dedicado a homenajear a todas las personas que realizan alguna actividad marítima, como los pescadores, trabajadores y en especial a los integrantes de la Secretaría de Marina-Armada de México, quienes brindan seguridad y protección en nuestros mares para el impulso del desarrollo marítimo nacional.
El capitán Manuel Aceituno Rodríguez , cronista de la Marina Mercante, hace memoria y expone que antes de 1917, los buques con bandera mexicana, estaban bajo el mando de extranjeros o españoles nacionalizadas y nuestros connacionales solo podían aspirar a cargos de oficiales y laborar como subalternos con tareas muy pesadas, mal remuneradas y carentes de prestaciones de seguridad y servicios médicos.
En ese año, el Congreso Constituyente de Querétaro abordó el tema de la nacionalización de la Marina Mercante y el presidente Venustiano Carranza propuso se privilegiara a los mexicanos ante los extranjeros en lo relativo a empleos.
El Gral. Cándido Aguilar propuso una reforma que constituía el cuerpo central del texto del Artículo 32: “Para pertenecer a la Marina de Guerra y para desempeñar cualquier cargo o comisión en ella se requiere ser mexicano por nacimiento. Esta misma calidad será indispensable para ser Capitán, Piloto, Patrón y Primer Maquinista de los buques mercantes, debiendo tenerla, además, los que compongan las dos terceras partes de su tripulación”.
Al entrar en vigor la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos la mayoría de los barcos en el puerto de Veracruz eran los vapores de la Compañía Mexicana de Navegación, subsidiaria de la Ward Line, cuyos capitanes y oficiales eran españoles nacionalizados mexicanos; se ventiló una resistencia pasiva y obstrucción por parte de la empresa naviera para acatar lo que disponía la Carta Magna.
La Capitanía del Puerto, dependiente de la Comandancia General de Marina, tenía órdenes terminantes de no despachar embarcación alguna que no cumpliera con la ley recién promulgada y, por lo tanto, recurrió a designar capitanes, pilotos y maquinistas entre el personal mexicano que reunía los requisitos necesarios.
Por lo que en función de ello, el 1º de junio de 1917 es ejercido el Art. 32 constitucional y así el puerto de Veracruz fue testigo de la posesión por parte de los marinos mexicanos de los barcos que hasta ese momento habían sido comandados por extranjeros.
Los buques mercantes México, Coahuila, Tamaulipas, Sonora, Jalisco, Tehuantepec y Puebla se asignaron a los capitanes José del Carmen Solís, Armando Ascorve, Luis G. Pliego, Luis Hurtado de Mendoza, Agustín Cendreros, Alberto Pawling y Agustín Guillén Alba, respectivamente. Por su parte, el buque Tabasco fue puesto bajo las órdenes del Capitán Rafael Izaguirre Castañares, quien realizó el primer viaje de Veracruz a Progreso, Yucatán, el 3 de junio de 1917, ya con personal mexicano.
En 1940 el Comodoro José María Luévano Ojeda y el Capitán de Altura Carlos Solano plantearon al alto mando la conveniencia de establecer un día en honor de la Marina Nacional, tal proyecto se vio cristalizado hasta el 11 de abril de 1942, correspondiendo al primer secretario de Marina, General Heriberto Jara Corona, retomar tal proposición hasta lograr la aprobación del entonces presidente de México, General Manuel Ávila Camacho.
Para estos fines, se emitió el decreto que estipuló que el 1º de junio en todo el país, se conmemorara el Día de la Marina Nacional. Así, desde hace 78 años, celebramos tan memorable fecha.