De la nostalgia al "online", posadas en pandemia

Hoy comienza en todo México esta tradición que finaliza el 24 de diciembre con el nacimiento del Niño Dios 

Silvia Rangel | El Sol de Tampico

  · miércoles 16 de diciembre de 2020

Foto: Silvia Rangel | El Sol de Tampico

Aunque hoy inicia de manera formal el periodo de posadas, este año no será posible hacerlas de manera presencial; debido a la emergencia sanitaria que vivimos por el coronavirus las autoridades han recomendado evitar estas fiestas o hacerlas de manera online.

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De esta manera los cánticos, las procesiones, la partida de piñata, los tamales, el atole y los dulces deberán esperar. Sin duda estas fiestas serán distintas, pero sin dejar de lado el verdadero espíritu que es celebrar el nacimiento del Niño Jesús.

Este año las celebraciones en su mayoría serán virtuales, sin embargo esto no será impedimento para que vivamos esta tradición católica que simboliza el peregrinar de María y José en su camino a Belén.

Su origen data del año 1587 y se afirma que fue el agustino Diego de Soria quien pidió permiso al papa en turno para celebrar misas diarias, durante la novena que comenzaba del 16 al 24 de diciembre.

Desde La Claraboya fomentan la tradición de las posadas | Cortesía Juan José Villela

A finales del siglo XVIII pasaron a formar parte de la cultura popular y las familias se reunían para hacer la representación con velas, villancicos, luces de bengala, comida, letanías y el ponche; desde el punto de vista de la religión significan: pureza, alegría, generosidad, valor humano y los nueve meses de embarazo de la Virgen María.

El padre Daniel Zapata, sacerdote de la parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Ciudad Madero, indicó que “se remontan al hecho del nacimiento, cuando la Virgen María ya estaba esperando al hijo de Dios, quien había sido engendrado por el Espíritu Santo”.

Aspecto de una posada tradicional | Silvia Rangel

En ese entonces el emperador romano César Augusto quería que todos los habitantes de su reino fueran censados, José y María fueron a Belén a empadronarse, pero le llegó el tiempo de dar a luz a María y como había llegado mucha gente de diversos lugares no había donde hospedarse, así comenzó su peregrinar, tocando puertas y necesitaban un lugar para el advenimiento y fue así como les prestaron un corral donde estaban varios animalitos y ahí nació el Niño Jesús.

“La enseñanza que nos deja este acontecimiento donde José y María buscan hospedarse, es que todas las personas deben albergar en su corazón a Jesús para alcanzar la salvación y lo único que puede impedir que el Niño Jesús nazca en nuestro corazón es el pecado”, dijo el párroco.

LA PIÑATA

Dentro de las posadas existe la tradición de romper una piñata, que en un inicio era una olla de barro o cartón.

“La piñata era de siete picos que simbolizan los pecados capitales: soberbia, envidia, lujuria, ira, avaricia, pereza y gula. El palo con que se rompe significa la gracia, y las golosinas que caen de la piñata representan la riqueza del reino de los cielos y, sobre todo, que se había vencido al pecado”, dijo.

Para el padre Zapata la tradición de las posadas se ha perdido desde hace muchos años porque ya no se hacen como antes, en la actualidad las personas llaman posadas a comidas o fiestas, pero son solo convivios decembrinos.

Padre Daniel Zapata, sacerdote de la Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Ciudad Madero | Cortesía Daniel Zapata

Y JESÚS... ¿DÓNDE ESTÁ?

Y así como se ha perdido esta hermosa costumbre, lo mismo pasa con el verdadero sentido de la Navidad.

Al respecto, el padre Daniel señala “no tenemos a Cristo en la Navidad, contamos con el arbolito, los regalos, una rica cena y Jesús, ¿dónde está?, él es el centro de esta fiesta, pero como nos hemos vuelto mundanos, le damos otro sentido a la Nochebuena, es preciso que en nuestros hogares tengamos un nacimiento y momentos para Dios y sobre todo para rezar un misterio”.

POSADAS VIRTUALES

Este año las posadas serán "online", cada quien en su casa seguirá el programa que ha preparado el anfitrión, al cual se le sugiere que debe decorar con motivos navideños el lugar de donde transmitirá esta posada. Cabe resaltar que lo más importante es encuadrar de manera perfecta a la Sagrada Familia, que finalmente es el centro de esta festividad y donde la piñata, el ponche y los dulces pasan a segundo término.

POSADAS DE ANTAÑO

Hace años era una bonita costumbre organizarlas, se veía en muchas casas y en las iglesias a niños, adultos y jóvenes siguiendo esta tradición, que desafortunadamente cada año se va perdiendo más.

Lolita Torres, quien radica en este puerto, recuerda con mucha nostalgia esas maravillosas posadas, “cada día se llevaba a los peregrinos de casa en casa para rezar el Santo Rosario y una familia los recibía en su hogar y ahí pasaban la noche, al día siguiente pasaban para llevarlo a su próximo alojamiento”.

Por el camino se pedía albergue y se cantaban las estrofas de petición de posada. Al finalizar se les convidaban dulces a los niños. En la última posada del 24 de diciembre se rompía la piñata de los siete picos, ofreciendo tamalitos, atole de tamarindo o ponche, “era cuando más gente acudía. Eran tiempos muy felices para todos”, recuerda.

A LA DEFENSA DE LAS TRADICIONES

El fundador de la Claraboya Literaria, Juan José Villela, ha defendido esta tradición y cada año ofrece Génesis Navideño, en su velada cercana al 24 de diciembre.

“El rito lo comenzamos con el recorrido cargando a María y José, pidiendo posada con el peregrinaje alrededor de la plaza de Armas, y en La Victoria Café Gourmet nos abren las puertas con cánticos y procedemos a acostar al Niño Dios, luego el cronista de la ciudad diserta sobre el origen y significado de la natividad, se procede a romper la piñata de siete picos, repartimos bolsas de dulces, se ofrece cena, ponche, buñuelos, hay un brindis y villancicos entonados por un coro”, señala.

Sin embargo “desafortunadamente la mercadotecnia fue afectando esta noble tradición religiosa con otro tipo de 'posadas' con bailes en salones exprofeso para ello y sin asomo de honrar la venida y nacimiento del redentor Niño Jesús”.

Con una tradición de más de 35 años, Pilar García y su familia cada año hacían su posada, sin embargo este 2020 han decidido no hacerla por la pandemia

“Desde 1985 comenzamos a hacerla porque a mis hijas se las inculcaron en el colegio La Luz, donde estudiaron la primaria y desde esas fechas no dejamos de hacerlas con todo lo que marca la tradición, en los primeros años eran muchos los niños y adultos que venían, conforme pasaron los años cada vez fueron menos, a pesar de esto nuestro entusiasmo siempre fue el mismo, porque las posadas son parte de nuestra esencia como familia católica y las cuales nos muestran el camino de Jesús, María y José”.