Por lo menos 45 reses han fallecido en la zona rural de Altamira y el 60% de las presas y abrevaderos no han podido recuperar sus niveles, debido a las altas temperaturas que se siguen presentando en la zona, en lo que podría ser uno de los peores años para la producción agropecuaria en la región por las afectaciones de la sequía.
"En mortandad sí tenemos un número bastante grande y desgraciadamente los seguros que tenemos no cubren la muerte de este tipo en los animales y muchos compañeros se están viendo en una situación económica muy difícil para poder salir adelante por las pérdidas que se están registrando".
Señaló el presidente de la Asociación Ganadera Social “Mártires del Agrarismo”, Carlos Aguado Franco, quien menciona que los reportes se han ido incrementando y no es posible tener todavía la cantidad exacta de reses que se han ido perdiendo al agudizarse las ondas de calor en esta parte del Estado.
"Las pérdidas en los animales han sido por atascamiento en las presas al querer beber agua, por la falta de alimento pues se han empezado a secar muchos de los prados donde pastoreaban, en algunos casos desgraciadamente están preñadas y esta condición las hace más vulnerables a la sequía, y las pérdidas para los productores son mucho más", expuso.
Menciona que solamente un 25% de las poco más 1,800 presas que se tienen en el sector rural cuenta con agua suficiente para el abastecimiento del ganado porque la situación se está volviendo cada vez más crítica por la falta de lluvia generalizada en la parte norte de Altamira y el descenso que se empieza a registrar en los niveles del sistema lagunario.
Sumado a esto la superficie de siembra se redujo también hasta 15, 000 hectáreas, quedando solamente poco más de 33 mil para la siembra de los distintos cultivos, debido a que los productores han tenido que cambiar el uso de sus tierras ante la falta de apoyo para establecer siembras con buenos rendimientos.