OZULUAMA, Ver., enero 15.- A pocos días que de inicio la cosecha de jícama en varios municipios del norte de Veracruz, cientos de jornaleros están a la espera para entrar en acción y participar en esta actividad que resulta una importante generadora de empleos, que permite a los trabajadores del campo ganarse el sustento para sus familias.

El productor agrícola Gil Sobrevilla Ramírez, genera fuentes de empleo con la cosecha de esta leguminosa, permitiendo que unas 300 personas cuenten con un empleo en las labores de extracción, recolección y carga de la producción.

"La tierra es de quien la trabaja", dijo este hombre de campo quien señaló que eso lo comprendió muy bien desde que era muy joven y que durante varias décadas dedicadas al cultivo y la ganadería ha logrado conocer la necesidad de los campesinos.

Vecino de la comunidad Alto El Moralito, el agricultor supo aprovechar las enseñanzas de su padre en las labores del campo y la fertilidad de la tierra de esta parte de la entidad, lo que le ha permitido lograr buenas cosechas, de jícama, sandía y frijol con muy buenos resultados.

Gil Sobrevilla, es un hombre que se dice incansable para las labores del campo, pues la mayor parte de su vida la ha pasado en las huertas de esta leguminosa y otros cultivos, donde el tiempo se le va más rápido trabajando entre vaciladas y risas con sus trabajadores.

Se dice feliz, ya que este trabajo le ha permitido mantener a su familia, se encuentra cerca de sus seres queridos, pues su hijo siempre está ayudándole; además que muchas personas se emplean con él en el proceso de producción y sobre todo, en los cortes, que es cuando más se necesita personal, lo que le ha permitido forjar bonitas amistades.

Dijo que se ha hablado mucho de apoyos económicos al productor del campo por parte del gobierno, pero hasta la fecha no se les ha otorgado nada.

LA SIEBRA

Gil Sobrevilla comenta que una vez preparada la tierra, se procede a sembrar en el surco la semilla. La planta, explica, empezará a nacer a partir de los ocho días, pero los cortes de jícama serán hasta los cuatro meses o 120 días, que es cuando se sazona.

Señaló que la jícama es muy resistente estando en su planta y puede durar muchos días enterrada en el suelo, lo que es beneficioso ya que si no hay comprador, no hay prisa y se puede esperar, pues en ocasiones hasta abril se dan los últimos cortes.