Tampico tiene todo para regresar a la bonanza que tuvo la construcción naval en la década de los 70, en los bordes del río Pánuco hay disponibles astilleros, varaderos y patios para la fabricación de embarcaciones pesqueras, de abastecimiento y hasta de recreo.
Esa industria ha versado a nivel local sus esfuerzos en la reparación de camaroneros, más que a la fabricación, ya que desde la época de Adolfo Ruiz Cortinez, quien con el programa “Marcha al Mar” motivó al sector, han sido pocos los gobiernos interesados en promoverlo, a pesar de que México está rodeado por dos océanos.
TAMPICO CON HISTORIA EN LA CONSTRUCCIÓN NAVAL
El armador Francisco Javier González Aranda resalta que nuestro puerto tiene historia en ese rubro, gracias a profesionistas renombrados como el Ing. Manuel González Sámano, quien en la época de los 60 y 70 puso en alto el nombre de Tampico fabricando pesqueros exportados a Brasil.
La destreza y conocimientos del tampiqueño le permitieron desempeñarse en varaderos de Houston, en Texas y en sus instalaciones de la colonia Morelos, donde se dedicó por muchos años a esa industria, la cual adquirió auge por el interés de inversionistas privados y los programas de fomento de construcción masiva de flota pesquera en el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz.
SIN UNA VISIÓN GUBERNAMENTAL
Para el Ing. Emilio García Walle de Astilleros y Varaderos del Pánuco es desafortunado el abandono oficial y un buen inicio sería el cambio de visión del gobierno hacia ese sector, poseedor de amplio potencial de negocios.
Lamenta que hasta ahora no exista un proyecto federal que reactive en todo su capacidad esta debilitada industria y aprovechen incluso patios oficiales como el Número 1 de Tampico de la Secretaría de Marina, donde la producción ha venido a menos.
En las colonias Morelos e Isleta Pérez de Tampico, la capacidad instalada subsiste diezmada y algunos no se han integrado al proceso de modernización mundial, porque la construcción casi desaparece y los sitios disponibles se han dedicado a reparaciones, aunque en muchos casos los armadores habilitan instalaciones propias para mantenimiento de sus navíos.
Resalta que las riberas del río Pánuco podría dar cabida a nuevos talleres si el gobierno de la 4ta Transformación aceptara comenzar con apoyos al gremio pesquero y mediante créditos flexibles y estímulos fiscales, como sucede en otros países, facilitará la sustitución de la flota que en el Golfo de México acumula entre 30 y 40 años de uso.
RESPIRO AL DESEMPLEO
La mano de obra calificada es abundante en la zona sur de Tamaulipas en los periodos de baja producción de plataformas petroleras, como en el presente, los obreros especializados tendrían cabida en los patios navales.
Aunque mermados, los varaderos y astilleros de la zona sur poseen capacidad para armar embarcaciones de 35 a 40 metros de eslora, que van desde camaroneros, atuneros, abastecedores, de transporte de combustible y hasta de recreo o turísticos, segmento que despega poco a poco en nuestra región.
DERRAMA ECONÓMICA EXTRAORDINARIA
La flota local subsiste con la importación de barcos de segunda de Estados Unidos y ya en Tampico son reacondicionados para cumplir las normas de seguridad marina. La derrama económica es buena, pues promedia los 200 mil o 300 mil pesos anuales por costos de reparación de cada uno.
Sin embargo ese gasto podría multiplicarse con la fabricación naval, pues el precio promedio de un camaronero nuevo ronda los 700 mil dólares. Aunque habría que importar motores propulsores, equipo electrónico y compresores de refrigeración, en los patios locales serían armados los cascos, empleando especialistas en carpintería, electricidad, aislamiento para refrigeración y pintura, entre otros.
El Ing. García resalta que en este puerto, algunos empresarios se han animado a fabricar sus propios barcos, como el señor Basilio Reynaga, quien entre los años 2000 y 2007 invirtió en renovar una parte de su flota, construyendo seis navíos.
Antes, en las instalaciones de Varaderos de Tampico, ubicados en la Isleta Pérez, el empresario Eduardo Appedole destacaba también en esa actividad y son precisamente sus talleres los más antiguos de Tamaulipas, con más de 70 años de existencia.
A diferencia de otros países como Estados Unidos, Japón, España o Inglaterra, en América Latina la industria naval no existe y en México casi permanece aniquilada, al desaparecer empresas en los puertos de Mazatlán y Guaymas en el Pacífico y reducirse la actividad en Tuxpan y Tampico.
Ambos coinciden en que otro condicionante es regresar los apoyos vía impuestos hacia la actividad pesquera, cuya subsistencia y rentabilidad se encuentra amenazada por los incrementos a los insumos básicos como el diésel marino,
CONGELADAS INICIATIVAS
El Frente Unido de Marinos alertó que ese sector se encuentra en agonía y no hay ninguna autoridad que le interese la reactivación de la industria naval. En el Congreso de la Unión se encuentran congeladas las iniciativas para recuperar la construcción de embarcaciones con leyes y apoyos similares a los que tienen las empresas de los países socios comerciales de México.
El gremio recordó que en las décadas de los años 70 y 80 en los astilleros nacionales se construyeron embarcaciones de gran tamaño como buque-tanques para Petróleos Mexicanos, remolcadores y buques pesqueros.