Alijadores y jubilados petroleros conmemoraron la mañana de hoy el nonagésimo aniversario luctuoso de Isauro Alfaro Otero (1891-1929), quien fue asesinado en lo que hoy es la plaza central de Ciudad Madero.
Al pie del monumento del considerado consolidador del sindicalismo y el cooperativismo en la zona, así como fundador del Gremio Unido de Alijadores (GUA) colocaron una guardia de honor y ofrenda floral.
Magdaleno Pérez Juárez, representante del GUA, aseguró que “estamos en el sitio donde fue ultimado, acribillado por un alijador inconforme, Esteban Sánchez, quien su inconformidad la desahogó baleándolo y apuñalándolo y esto lo hacemos cada año en el monumento para seguir preservando esta memoria”.
Resaltaron el rescate del nombre de la plaza “Isauro Alfaro Otero” a la que en la pasada administración municipal el cabildo cambió a Plaza Madero.
“Se pretendían cambiarle el nombre por gente que no conoce la historia de Madero” dijo el entrevistado, quien aseguró que “la recuperación del nombre era elemental puesto que este terreno fue una donación del Gremio Unido de Alijadores”.
El espacio, hoy ubicado entre las avenidas Álvaro Obregón y Primero de Mayo así como de las calles Emilio Carranza e Ignacio Allende, fue adquirido en 1916 para oficinas de alijadores y posteriormente una escuela.
En 1929 fue sede del asesinato de Alfaro; para 1981 en el gobierno de Erasmo González Martínez se derrumbó el plantel, lo que generó gran controversia en la población, fue donado para ser la plaza principal de Ciudad Madero donde se establecería el nombre de “Isauro Alfaro Otero”, en memoria del alijador asesinado en ese punto.
Pese al conflicto interno en el GUA por presuntos malos manejos de dirigencias anteriores quienes siguen integrando este Gremio aseguran que seguirán buscando preservar la historia y el recuerdo de los orígenes del gremio “que no se deben olvidar”.
El GUA aglutina a 300 socios, la mayoría de la tercera edad, quienes junto con jubilados petroleros, además de recordar a Isauro Alfaro remembraron a Serapio Venegas.
Concluida la ceremonia luctuosa se desarrolló una tamaliza en la techumbre de la explanada de la plaza central con el compromiso de seguir manteniendo.