Las variantes emocionales generadas por el encierro, el mayor tiempo de convivencia entre las familias, el miedo a perder el empleo o la escasez de dinero incrementó el consumo de alcohol y cannabis en jóvenes y adultos en esta localidad, advirtió el Centro de Integración Juvenil de Tampico.
Como nunca antes, las llamadas telefónicas o mensajes a través de las redes sociales pidiendo ayuda para atender a adolescentes o jóvenes, hombres o mujeres, con problemas con la bebida o el consumo de drogas, crecieron en estas semanas de cuarentena por la emergencia sanitaria, agregó el director del CIJ, Jorge Galván Ávalos.
“Se han sumado varios factores pues en este tiempo de confinamiento las familias han tenido mayor tiempo juntas y han descubierto esas adicciones en sus hijos, pero también ha ocurrido que la gente acaparó bebidas alcohólicas al saber que habría escasez por el cierre de la industria cervecera y el hecho de tenerlas almacenadas en casa propicia un mayor consumo”.
Mencionó que un estudio realizado por ese organismo en 2018 advierte que el tabaco es la droga de mayor uso entre los jóvenes, seguido del alcohol y la mariguana.
En esa Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco señala que aproximadamente 33% de ciudadanos tamaulipecos consume altas cantidades de alcohol, mientras que el 11.1% de 12 a 65 años ya probó algún tipo de droga.
Hizo ver que el CIJ atiende a 160 pacientes que van desde 10 años hasta más de 45, los cuales tienen problemas de adicción a tabaco, alcohol y mariguana, principalmente, además de otros estimulantes como cocaína e inhalables.
El mayor número de los chicos en terapia estudian bachillerato y en menor proporción son estudiantes universitarios.
Ante ello, mencionó que la recomendación del Centro de Integración Juvenil de Tampico en esta época de aislamiento social es que los adultos no compren alcohol, para reducir la tentación y el riesgo de tenerlo a la mano, desarrollar actividades recreativas y de convivencia familiar que promuevan acercamiento, además de generar relaciones afectiva y de confianza.
En caso de detectar consumo en los jóvenes, no reaccionar en forma violenta y de reproche, aunque sea difícil tratar de acercarse a los hijos o familiares, buscar encontrar soluciones y no razones o culpas, puntualizó el experto.