A diario se preparan, se venden y se consumen miles de tazas de café. La bebida capaz de generar una sensación de energía es una de las más populares a nivel mundial. Entre las características principales que tiene que tener un buen café se encuentran el cuerpo, la acidez, el sabor, el aroma, el resabio y el balance. Te decimos qué significa cada uno de ellos.
En teoría la calidad del café, acorde a Profeco, depende del proceso de producción. Todo comienza de tres a cuatro años después de plantar el producto, momento en que se dará la primera cosecha, de manera posterior viene el despulpado, el tueste, la molida y el envasado.
El cuerpo, la acidez, el aroma, el sabor y el resabio
Gracias a la Revista del Consumidor del mes de febrero, número 564, sabemos gran parte de la siguiente información:
El cuerpo equivale al espesor que tiene la bebida, puede ser: completo, fuerte, bueno, regular, medio, bajo o ligero. Entre mayor sea el espesor, el café provocará un efecto “aceitoso” en el paladar.
Cuando se comenta sobre la acidez del café se hace referencia a la sensación de energía que despierta al primer sorbo.
El aroma demuestra qué tan fresco es el grano de café. Aquellos que se tuestan de manera ligera tienen a tener un olor más penetrante, en tanto que los tostados oscuros liberan una esencia “ahumada”.
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El sabor es el resultado de las tres variables enlistadas: cuerpo, acidez y aroma. Este aspecto se suele catalogar con los siguientes parámetros:
- Completo
- Pronunciado
- Medio
- Débil
- Ordinario
- Impuro
A la clasificación anterior se pueden añadir especificaciones tales como: caramelo, nuez, chocolate amargo o miel. También es importante mencionar que en el sabor interviene la tierra (la región) donde el grano fue cosechado.
En tanto, por resabio se entiende el sabor que permanece en el paladar después de tomar la bebida, generalmente se divide en: dulce o amargo.
La amargura, la textura y el balance
Aunque no sucede en todos los cafés, algunos productos presentan notas de “amargura”, es decir, presentan un sabor a hiel, quinoa y alcaloides.
El término textura señala el efecto al paladar que provoca la sustancia, se suele designar como “suave, cremoso o sedoso”.
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Por último, el balance es el resultado de evaluar todos los parámetros previamente mencionados. Implica definir qué tan equilibrada está una bebida en cuanto cuerpo, acidez, aroma y textura.
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La próxima vez que tomes una taza de café no olvides detenerte a pensar cuál es su sabor, resabio y balance. Al final podrás decidir por ti mismo si se trata de un buen producto o si puedes encontrar mejores opciones en el mercado.