Tampico empezó a crecer hacia el norte en los primeros años de 1900, creándose primero pequeñas colonias como la Melchor Ocampo, Reforma, Aragón y Matamoros, ambas de una sola cuadra.
Además de la Jardín, todas sobre el costado poniente del trazo de la que entonces era conocida como la avenida de los Hombres Ilustres.
Colonia Rosario, su nombre es en honor a la esposa de un destacado político
En el lado oriente de esta arteria que después llevará el nombre de avenida Hidalgo, se empezaron a crear la Volantín, la Moctezuma y la Rosario, siendo esta última colonia la que resalte porque en ella se instalaran emblemáticos negocios, que empujaran al comercio todavía más hacia el norte de Tampico.
Cuando apenas se iban formando todos estos sectores diminutos, se instaló a principios del siglo pasado el doctor León Gual, médico que destacó como político en el puerto, junto con su esposa Rosario Boeta, quien llegó de Aldama con su familia y por quien lleva el nombre este pequeño sector en forma de triángulo en las primeras cuadras de la avenida Hidalgo.
Esta vivienda sería la primera de la colonia Rosario que después de las colonias Aragón y Matamoros, ambas con tan solo una cuadra de extensión, es la tercera más pequeña de Tampico, pues se conforma de 3 calles, que llevan nombres del antiguo centro de la Ciudad de México: Balderas, Bucareli y Avenida Central.
Cantina "La Ferrolana", lugar que marcó época en Tampico
Sobre estas 3 cuadras que ocupa la colonia Rosario sobre la avenida Hidalgo se instalaron El Colegio de la Luz, en la esquina de Balderas y la Avenida, una escuela privada de la maestra Luz María Saldaña y en locales la Farmacia San Antonio, en el emblemático edificio que duró desde la década de 1920 hasta hace pocos años, pues antes de cumplir un siglo de vida fue derrumbado.
Otro de los negocios emblemáticos de la colonia fue la cantina “La Ferrolana”, en la esquina de Bucareli y avenida Hidalgo, que debe el origen de su nombre a la ciudad El Ferrol, que se ubica en la Coruña, España, de donde era su propietario el gallego Cipriano.
Este local se convirtió en parada obligada de muchos parroquianos que iban hacia el norte de la ciudad y la esquina referencia en esa zona de la ciudad.
Más tarde a un costado de donde estuvo la casa del doctor León Gual y su esposa Rosario -la cual fue derrumbada en la década de 1950- se instala la panadería “El Mejor Pan”, una de las primeras cooperativas de maestros panaderos clásicos que hicieron de este negocio de Vicente Montoto, un referente también en el gusto de las familias tampiqueñas.
Tiempo después, frente a “La Ferrolona” -que cambió de giro más adelante para convertirse en un comercio de servicios automotriz, en la calle Bucareli- se estableció una sucursal de “Supertiendas Modelo”, la primera cadena de autoservicio de Tampico y al otro extremo de la colonia, en la cuchilla que hace la avenida Ayuntamiento con avenida Hidalgo, en los años de 1960 una tienda de refacciones de la empresa Dodge.
La modernidad cambió la fisonomía y bullicio de la colonia Rosario de Tampico
Aquí en la calle Balderas, nació el investigador Adrián Pérez Sobrevilla, quien colabora en diversas páginas de promoción de la historia de Tampico y quien ha difundido las añoranzas del puerto desde distintos medios, en este punto vivió el profesor Roberto Chagoyán, célebre al estar entre los primeros que impartió la materia de Historia Contemporánea en las secundarias y estar a cargo de la única oficina de la UAT, fuera del campus, así como varios funcionarios públicos, la mayoría de origen español.
Es así que esta pequeña colonia crea una gran convivencia entre sus habitantes, al tener los negocios que se instalaron un gran aforo de visitantes de diversas partes de la ciudad.
Tanto de las colonias aledañas, como de quienes pasan a hacer una parada en “La Ferrolana”, a los tacos de “Doña Paz”, que era famosa por su sazón en estos antojitos o a comprar en “El Mejor Pan”.
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Sus tres calles lucen ahora tranquilas, con el paso de la modernidad varios de sus edificios y casas emblemáticas han sido demolidas, pero, aunque la ciudad se extendió ya hasta sus límites, la colonia Rosario sigue siendo una de las que más añoranzas guarda del Tampico del siglo XX.