Fue en el parque Pedro J. Méndez, en el segundo cuadro de la ciudad, donde de manera oficial comenzaron a operar los mercados rodantes en Tampico, luego de que se hizo efectivo el decreto presidencial de promover la venta de productos del campo sin intermediarios en las zonas urbanas.
“Ya hacía por lo menos dos años que de manera itinerante se ponían puestos en las colonias, pero luego se realizó la instalación oficial y empezó a dársele forma y actualmente somos unas 4 mil familias las que participamos en los mercados sobre ruedas y cada oferente tiene por lo menos dos trabajadores, es decir sumamos como 8 mil”.
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Así lo señaló Pedro Monsiváis, dirigente de los Mercados Rodantes en Tampico, quien menciona que los permisos para instalarse en los rodantes estaban limitados en algún tiempo a quienes vendían los productos que los agricultores traían desde el campo, pero luego se fue abriendo a mucha población y a distintos giros.
“La idea era que el mismo productor trajera sus mercancías y las fuera ofreciendo con lo mínimo de intermediarios, para que pudiera tener una mayor rentabilidad su trabajo, cuando yo ingresé a estos negocios a finales de los años 60, estaban regulados por la Secretaría de Comercio y había más orden y más disciplina”, expone.
Indica que la captación de recursos que aportan actualmente los 39 rodantes que se instalan en Tampico equivale a casi 9 millones de pesos mensuales en impuestos y 6 millones de pesos cada mes en Altamira, pero además generan una economía donde se instalan porque familias de las colonias venden comida y renta de baños o áreas a los oferentes.
A 50 años, entre los principales retos que tenemos está la seguridad, “porque muchas de las veces las autoridades solo van a los rodantes a quitar puestos, pero a pesar de que nos han robado en varias ocasiones y que se tiene un flujo importante de personas, no se asigna personal para la vigilancia y es una problemática que tenemos”, finalizó.