La clausura por incosteabilidad del rastro municipal de Tampicoserá el fin para las carnicerías tradicionales en Tampico yMadero, que todavía comercializan productos frescos de res y cerdode la región y condenaría a la población al consumo de carneimportada, de mala calidad y por mucho tiempo congelada.
Luis Sobrevilla, de la carnicería La Competidora de losmercados temporales, expresó que esa idea planteada por laautoridad municipal no es la mejor, porque ocasionará además laventa de carne de rastro sin control sanitario, pero sobre todocondenaría a la quiebra a cientos de expendios de barrios ymercados que todavía se rehusan a vender congelados.
Dijo que a raíz de que fue abierto el mercado nacional a lasimportaciones de cárnicos en esta localidad, fueron abiertas unaveintena de plantas congeladoras, que han multiplicado sus puntosde venta en la localidad y son más de trescientos los dispersos enTampico, Madero y Altamira.
"Entonces si cierran el rastro municipal, condenarán a lapoblación a consumir carne congelada, saturada de agua y si bien30 ó 40 por ciento más baratos, son de pésima calidad y tal vezsin control sanitario".
Incluso manifestó que debido a la multiplicación de negocioscon carnes congeladas, en esta localidad cerraron decenas decarnicerías tradicionales, pues antes existían más de 500 y enlos mercados municipales de Tampico existían alrededor de 25, perohoy sólo quedan seis.
El futuro de los carniceros tradicionales es incierto, porque nose a donde debemos ir para comprar y vender res o cerdo frescos, olo que pretende es obligarlos a comprar cajas con piezasconservadas por mucho tiempo, advirtió el joven empresario.
Manifestó que si bien en el rastro de Tampico la matanza havenido a menos, la responsabilidad es del propio gobierno queabrió totalmente las fronteras a las importaciones de cárnicos,los cuales se hacen llegar hasta 40 por ciento más baratos a losconsumidores.
Expresó que es negativa la excesiva dependencia de la carneimportada de res y cerdo y muy lamentable que no haya accionesmunicipales para rescatar y dar rentabilidad al rastro porteño yrecuperar la pujanza de otros años.
Consideró paradójico que si la región huasteca produce ganadode buena calidad, la población no pueda consumirla y en cambioestá condenada a alimentarse de importaciones de pésimacalidad.
La propuesta es que el gobierno de la ciudad no cierre la casade matanza y emprenda una campaña para proteger a losintroductores y dueños de carnicerías, promover el consumo dealimentos propios de la región y salvar la cadena productiva queaun genera el rastro porteño, puntualizó.