Cientos de pelícanos brindan espectáculo en el río Tamesí

Las aves de frondoso plumaje de colores pardo y blanco anidan al norte de Estados Unidos y Canadá

Mirna Hernández

  · jueves 15 de febrero de 2018

Las calidez de las aguas de lagunas del sur de Tamaulipas y el abundante alimento en el río Tamesí atraen en el invierno a cientos de pelícanos, que entre noviembre y marzo obsequian espectáculo espléndido, sobre todo en el típico mercado de pescados y mariscos “La Puntilla”.


Las aves de frondoso plumaje de colores pardo y blanco anidan al norte de Estados Unidos y Canadá, pero durante el otoño vuelan a los estados al sur de la Unión Americana y grandes parvadas llegan a invernar a esta porción tamaulipeca del Golfo de México, aunque algunos más siguen su travesía hasta América Central.


Los abundantes alcatraces forman colonias en lagunas de la región, pero en especial en la zona urbana del río Tamesí, convirtiéndose en deleite de los cientos de personas que acuden a realizar sus compras en el mercado “La Puntilla”, donde son alimentados con desperdicios de escama y crustáceos por los comerciantes del sitio más tradicional para comprar productos marinos.

El organismo ambientalista Ciudadanos en Acción por México, que dirige Angel Montiel Lozano, informa que la llegada de esas aves hacia la región ha aumentado, y que a partir de 1985 es mayor la población entre noviembre y marzo, para después regresar a sus regiones nativas, donde anidan durante la primavera y verano boreal, de abril a agosto.

Como los otros pelícanos del mundo, estas aves pescan en grupos. Forman un semicírculo mientras nadan. Entonces, como respondiendo a una señal, todos empiezan a aletear el agua mientras avanzan hacia la costa o aguas menos profundas. Aparentemente espantan los peces hasta que los acorralan. Una vez que el propósito es logrado, cada animal sumerge la cabeza y atrapa su sustento. La nidada usual es de dos huevos. La incubación es efectuada por los dos padres y toma de 29 a 36 días. Los pichones nacen desplumados y dependen en su totalidad de los padres. Se valen por sí mismo a los 75 días.


En la naturaleza a este pelícano se le estima una longevidad de 26.4 años, aunque la mortalidad de los pichones es alta, considerándose en aproximadamente un 40%.

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