El tratamiento y readaptación de adolescentes que han cometido delitos es incierta con el pronto cierre del Consejo Tutelar para Menores de Tampico, que opera desde hace más de diez años atendiendo a niños y niñas involucrados sobre todo con robos, asaltos o involucrados con actividades de “halconeo”.
El sacerdote Enrique Olguín Olguín, asesor pastoral penintenciario de la provincia de Monterrey, que integra ocho diócesis, incluyendo a la de Tampico, explicó que actualmente sólo hay dos jóvenes internos y otros 50 acuden a firmar cada fin de semana, pero el edificio del tutelar que opera en los límites con Altamira ya permanece en abandono.
“No sabemos qué sucederá o cómo tratarán a los jóvenes que cometen delitos, se desconoce si serán trasladados al centro de Güémez, pero eso aumentará su vulnerabilidad, porque serán alejados de sus familias o tutores”.
A más de 20 años que permanece funcionando el inmueble, se desconoce también cuándo será cerrado, pues de acuerdo con el nuevo sistema de justicia penal, el Gobierno del Estado está obligado a ofrecer otras alternativas de recuperación a los menores de 18 años, a los que se comprueba han cometido algún delito.
Dijo que son los muchachos de bajos recursos económicos y de familias rotas las más vulnerables a los delitos, pues ante la carencia de adquirir tecnologías en boga, son fácilmente atrapados por la tentación de robar o asaltar, aunque la cifra no es grande de quienes se involucran con el crimen organizado.
El párroco tampiqueño consideró preocupante que se desconozca cuál será el futuro de esos jóvenes, los cuales dijo en el Consejo Tutelar sí tenían la oportunidad de recuperar su vida, pues de 10, un promedio de 8 reconsideraba su conducta.
Sin embargo, indicó que no existe acercamiento con el Gobierno del Estado sobre el futuro del Consejo para Menores, en el cual todavía hay personal en las áreas de psicología, educación, guardias y mantenimiento, además del juzgado.