Casi la mitad de fondas, cafeterías y restaurantes pequeños permanecen cerrados por las bajas ventas y la escasa rentabilidad que aporta laborar con la cuarta parte de su capacidad y permanecen a la espera de la siguiente etapa de reapertura , aspirando a mejorar sus ingresos.

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Hay muy poco trabajo y no es conveniente para los dueños abrir los establecimientos y solo subsisten quienes tienen servicio para llevar o reparto a domicilio explicó Reyes González del Ángel presidente de la asociación de Empresarios de Restaurantes y Alimentos Condimentados.

Mencionó que la industria de alimentos es la peor golpeada por la crisis sanitaria y económica, pues los negocios que permanecieron abiertos sufrieron una caída del 74 por ciento de las ventas y probablemente ya no regresen alrededor de 150, sobre todo negocios con menos de diez empleados.

En esta primera etapa del regreso escalonado, fueron abiertos menos del 60 % de los negocios de alimentos, porque no si se trata de un establecimiento con capacidad para 50 personas, no es rentable recibir a 12 clientes y hay riesgo que otros usuarios enojen si se les restringe el acceso.