“Caminante no hay camino, se hace camino al andar… pero site persigue un perro... córrele, no vaya a ser la de malas”,comparten jocosamente Pedro Nava y Enrique Martínez Bueno, quienestiene más de veinte años de servicio en la repartición de cartasy paquetes en diversos puntos de la ciudad.

Sentados frente a sus casilleros, acomodan los sobres queposteriormente irán pondrán en sus respectivas mochilas para asícubrir las rutas que tienen asignadas en la zona norte de laciudad, que coincidentemente, tiene un mayor índice de poblacióncanina que el sur de la entidad.

Señalan que son más las satisfacciones que deja esta labor deentregar los sobres y paquetes en diferentes rumbos de la zona surdel estado, que les ha permitido conocer lugares y personas.

Ayer y a pesar del festejo que incluyó una tocada de la BandaMunicipal de Tampico, Nava y Martínez Bueno, al igual que otroscompañeros, no dejaron de acomodar sus sobres dándose tiempo parapara degustar el almuerzo ofrecido.

Con 24 años de servicio, Pedro Nava señaló que la condiciónfísica es importante, hay que caminar cuadra a cuadra, subirescaleras y en ocasiones echar una corridita para salvar uno queotro obstáculo para cumplir con sus tareas.

Actualmente recorre la ruta de la prolongación de la avenidaHidalgo, desde Lomas de Rosales cubriendo la zona del Posada deTampico, colonia El Charro, y parte de Infonavit, caminando cuandomenos cuatro kilómetros diarios.

Explica que en el reparto de cartas hay que tomar en cuenta lascalles, los números de los domicilios, así como los códigospostales, los nombres de las arterias muchas veces se repiten en lamisma calle, incluso las numeraciones, porque hay que estar atentoa los detalles.

Martínez Bueno, por su parte señala que a diferencia deantaño, ahora hay apoyos como las motocicletas, pero de que hayque caminar, hay que caminar para entregar la correspondencia a laspuertas del destinatario.

En promedio, señala, se tiene que caminar de entre tres acuatro kilómetros que también incluyen escaleras en edificios,además de banquetas en calles empinadas en varios puntos de laciudad, señalando que su ruta es Colinas de San Gerardo, Laderasde Vista Bella, Cumbres de Vista Bella, Villas Laguna y una partede Unidad Modelo.

PERRO QUE ALCANZA...

En su andar desde tiempos mozos, explican, han tenido variasexperiencias, en especial con el histórico “enemigo” de loscarteros, el perro, que a pesar de lo que digan los dueños en elsentido de que no muerde, prefieren no comprobarlo.

“Uuta sí, ese es el enemigo número uno de los carteros, elperro”, señala Nava, quien sostiene que han sido varios losencuentros con los cánidos, de los cuales afortunadamente ha sidoileso.

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Sostiene que debido a la “presión”, desarrolló habilidadespara bajar las escaleras lo más rápido posible y evitar seratacado por estas mascotas que desconfían de toda personaextraña.

“Uno sube a hacer su trabajo y salen los perros, no queda deotra más que correr para abajo y evitar una lesión, generalmenteen las piernas donde principalmente atacan estos animales.

Por su parte, Martínez Bueno afirma que ha sufrido daños en suindumentaria por el ataque de los perros que le rasgaron elpantalón cuando trataba de hacer su trabajo y afortunadamente nopasó a mayores.

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Asegura que si bien el animal se puede considerar su“enemigo”, al final de cuentas hace su trabajo que es defendersu territorio, que lo ven invadido por ellos, que a final hacen sulabor de entregar cartas a diario en los domicilios de Tampico,Madero y Altamira.