Los problemas sociales que han derivado en abusos a la población, fraudes económicos e incluso atentados contra la vida de personas, en su mayoría son producto de una falta del análisis en las personas hoy en día, debido a que todo la información se otorga digerida y no es capaz de distinguirse entre situaciones que pueden ser adversas o que van contra de lo que deberían ser sus valores".
"Aunque la religión cumple funciones sociales importantes y es una instancia socializadora del individuo, donde se arraigan valores, se despierta el deseo de cooperación y la comprensión del próximo, lógico, que una educación te permite pensar, saber que es lo que va a hacer que no aceptes situaciones que puedan ir contra tu integridad o que te afecten de otra manera".
Señaló el especialista en ciencias sociales Bernardo Guillermo Bravo, quien comentó que el fanatismo que está surgiendo en distintos ámbitos, es producto de una formación poco sustancial, que ha creado en la sociedad huecos que son llenados por diversas tendencias generadas en algunos casos de manera programada y en otros surgen de forma espontánea.
Expuso que el caso de la congregación religiosa "La Luz del Mundo" puede ser una advertencia para que la población analice bien en dónde está poniendo su fe y su dinero, pero también si no se está exponiendo a sus familias a circunstancias que puedan traer los problemas sociales, económicos o judiciales, además es un llamado a las autoridades para que se implementen mecanismos de regulación sobre diferentes entes y asociaciones e incluso de las plataformas sociales.
Añade que la falta de capacidad para el análisis que se vive actualmente hace que las personas caigan en fundamentalismos que van desde lo político, lo religioso hasta plataformas digitales que son seguidas por un sector de la población, que las pueden llevar a circunstancias como las que hemos visto de los presuntos abusos en la congregación La Luz del Mundo, pero también a riesgos físicos como el reciente ahogamiento de tres personas cuando eran bautizados en un río, en el estado de Jalisco.
Una religión bien llevada, explicó, "con sus principios bien llevados, es sana y es buena para la sociedad, que no se piense que al decir que no estamos de acuerdo con el fanatismo es un ataque a las creencias religiosas, sino al contrario que se debe de valorar la fe, lo que no hace el fanatismo, que es una creencia irracional y es preciso que la gente sepa pensar y distinguir".
"Una cosa es que las personas desean ayudar a su comunidad religiosa porque les nace y otra muy distinta que te obliguen, o que estés bajo un sometimiento, pues la vigilancia estricta puede llegar a un abuso de las de la gente y de cierta ignorancia que pueda tener en estos aspectos.
Hay muchos que se dicen líderes religiosos pero en realidad están haciendo negocios como si fueran empresas", agrega.