Desde su fundación, Tampico fue considerado como el segundo puerto en importancia para la recién constituida república mexicana, al ser de depósito y abastecimiento en el norte del Golfo de México, donde se concentraban productos europeos, estadounidenses y de países orientales.
Diego de la Lastra, de salinero al más importante empresario de Tampico
Pronto se convirtió en un centro comercial, distribuidor de todo tipo de mercancías, debido a que no existía otra ciudad de importancia en las cercanías de la costa norte; Tampico como sitio de compraventa, fue un polo de atracción de una amplia zona y concentró población de procedencia regional, nacional y extranjera.
Entre los fundadores de Tampico, puerto que ha tenido varios auges comerciales a lo largo de sus casi 200 años, llegó desde Altamira un español que se convertiría en uno de los más poderosos empresarios de su época y quien construyó el segundo edificio que tuvo Tampico: Diego de la Lastra.
Trabajador de las “Salinas del Rey” en Altamira, Diego se unió al comité que realizó el largo viaje hasta la tierra prometida por Juan de Villatoro y en el terreno que le fue asignado, en la esquina que hacen hoy Aduana y Héroes del Cañonero, inició la construcción de un espectacular inmueble.
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De acuerdo con el libro “Comercio y Comerciantes en Tampico: 1823-1850”, para el año de 1833, se fundó la Casa Diego de la Lastra, establecimiento que vendía productos extranjeros al menudeo y que más tarde diversifica sus actividades e importó cuantiosas mercancías bajo comisión y al por mayor y menor.
La construcción original de la Casta Lastra en Tampico inició hace 182 años
Al momento de contraer matrimonio en 1929, con Ana Borras y Pérez, natural de Altamira, Diego disponía apenas de 5, 000 pesos de capital y para 1950 importaba numerosas manufacturas y exportaba oro, plata y frutas, llegando a comercializar en 1852, el 16% de todas las importaciones que se hacían desde Tampico.
En 1840, hace 182 años, fue terminado el edificio de la Casa Lastra y casi desde sus inicios incluyó una cantina, pues era entonces esta zona el punto comercial más importante de ciudad, ya que a lo largo de la plaza de la Libertad se instalaban vendedores de productos regionales y se encontraban los negocios del naciente puerto.
La Cantina a lo largo del tiempo fue adquiriendo cada vez más prestigio y se conocerá como el Salón Palacio, además también estuvo una tienda de telas y de ultramarinos y en el piso superior la casa de Diego y su familia.
Casa Lastra de Tampico, edificio inmortalizado en “El Tesoro de la Sierra Madre”
“Entre los lugares importantes y simbólicos de Tampico, está el edificio de Diego de la Lastra, con una gran historia por ser hotel de importancia, un lujoso bar con músicos afroantillanos y su cadencioso Jazz y con un corredor o pasillo con costumbres europeas, que se refleja incluso en arquitectura”.
Comenta el historiador Adrián Pérez Sobre Villa, quien comenta que “fue también oficina de la agencia Aduanal y de Vapores de la familia inglesa Pulford y la cercanía con la ahaora exAduana de Tampico favorecía a cualquier inquilino que rentaba un local de este inmueble”.
Durante el auge petrolero la Casa Lastra hospedó a una gran variedad de personajes generando miles de historias, lo que dio lugar a que uno de los escritores más enigmáticos del mundo, B. Traven, retratara en una sus novelas, tanto el Salón Palacio, como el hotel y la zona que rodea a este importante edificio.
“El Tesoro de la Sierra Madre”, libro donde se describe el lugar, también propició que la cantina y sus exteriores fueran tomados como una de las locaciones de la película que dirigió John Huston, basada en esta obra de Traven y que llevó a Tampico ante los ojos de todo el mundo.
El bicentenario de Tampico está a la vuelta de la esquina
La historia de este segundo edificio que se construyó en Tampico esta ligada a la edificación del primero, al ser Josefa de la Lastra, hermana de Diego, la esposa de Juan Benito de Castilla, otro de los fundadores de la ciudad, quienes vivieron en la casa ubicada en la esquina de las calles Juárez y Madero y que se conoce como Casa Fuerte de Castilla, la primera construcción importante de la ciudad.
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Al llegar casi al bicentenario de Tampico, es necesario conocer más allá del valor arquitectónico del patrimonio edificado, su historia y las enseñanzas que han dejado los hombres y mujeres que fueron construyendo esta hermosa ciudad.