Tan solo a cuatro años de haberse construido en 1926, la Casa Fernández, ubicada en la calle Miradores, hoy conocida como 20 de Noviembre, se convirtió en parte del imaginario emblemático de Tampico, pues a partir de 1933 se empezó a emitir una postal donde aparece la construcción profusamente ornamentada con motivos extraídos predominantemente de la arquitectura barroca francesa.
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El inmueble, conservado hasta nuestros días, forma parte del Registro Estatal de Edificios con valor Histórico-Artístico-Cultural correspondiente al estado de Tamaulipas y quien fuera cronista vitalicio de la ciudad de Tampico, Carlos González Salas (1921-2010), señalaba que esta hermosa vivienda era conocida como “la casa del pastel”, debido a la forma de su cúpula.
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El audaz despliegue decorativo de la Casa Fernández subraya las cualidades de innovación tecnológica y de economía que implican los materiales estructurales del edificio, que nos hablan de la intención de conformar en este inmueble singular, la obra de arte total, que la llevaría a ser símbolo de Tampico en los años de 1930 y 1940.
Luciano Fernández Gómez, realizó un largo viaje desde su natal España hasta la costa del Golfo de México para reunirse con su hermano Federico, que lo había llamado para que trabajara junto con él en la ferretería La Fama, que estaba a unos pasos de otra muy grande llamada El Comanche, en el centro histórico de la ciudad.
Pero hubo un contratiempo en la llegada de Luciano: el barco en el que viajaba se hundió cerca de Tuxpan, Veracruz y el muchacho tocaría tierras mexicanas después de recorrer a nado el último tramo de su viaje. Mucho peor para el joven sería, sin duda alguna, enterarse a su llegada a Tampico, después de mil peripecias, que su hermano había fallecido y ya no pudo verlo.
Estas adversidades no lo detuvieron y empezó a laborar, primero en la ferretería donde trabajó su hermano y después al conocer al propietario de El Comanche, Ángel Sainz Trápaga, inició una relación de amistad que lo llevó a ser socio de este primer magnate tampiqueño, haciendo con su habilidad y visión para los negocios que la empresa se convirtiera en una de las más exitosas de la región, pues compraba sus productos directamente en Europa.
Fue así como Luciano Fernández fue adquiriendo fama de empresario, pudiendo comprar El Comanche a su socio una vez que este decidió venderlo, fue cuando ya era uno de los hombres más ricos de Tampico, que adquirió el predio para la construcción del hogar que formaría con la señora Heliodora Viñas: la Casa Fernández.
El amor por el arte es lo que mantiene ahora en operación a esta hermosa construcción, pues es sede del Centro Cultural Casa Fernández, “gracias a que siempre ha estado en función se mantiene en muy buen estado, desde hace 5 años es el recinto de la asociación civil Vive la Cultura, que tiene 11 años llevando el arte a través de proyectos y gestiones culturales gracias a la iniciativa del presidente de la asociación, el maestro Armando Vargas” señala Jorge del Ángel, director de este espacio.
Ahora, dentro de las instalaciones se realizan conciertos, recitales, talleres y exposiciones, además que durante esta temporada decembrina se efectuaron actividades relativas a las fiestas de la temporada, teniendo en este año de pandemia una exposición de árboles de Navidad.
“Durante tres años llevamos al cabo la Villa Navideña, que fue un proyecto que juntaba a la familia de la región con varias actividades relativas a esta época, pero derivado de la pandemia no podemos hacer este año este formato y en esta ocasión estamos haciendo “Vive la Navidad”, para no dejar pasar la fecha, porque esta pandemia ya nos quitó mucho, pero no puede quitarnos la ilusión de seguir con nuestras tradiciones y se realiza una exhibición de pinos Navideños”, comenta Jorge del Ángel.
A pesar de que han transcurrido 94 desde que fue construida la casa, su fachada se mantiene sin apenas cambios y su encanto prevalece en el paisaje del puerto evocando una época donde el arte también se habitaba.