La pandemia de coronavirus representa un desafío para los profesionales de la salud, quienes son sometidos a largas jornadas de trabajo para dar atención a los pacientes que por su condición de gravedad requieren tratamiento hospitalario, en medio de un sistema aglomerado derivado de la alta incidencia de casos.
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Una pandemia de la que se sigue desconociendo el final y que ha comenzado a encender los focos de alerta sobre un de-clive emocional y físico entre el cuerpo de médicos, enfermeras y trabajadores de las diferentes áreas de la salud, que día y noche hacen frente a la contingencia, desarrollando patologías psicológicas que de no ser atendidas y detectadas a tiempo podrían evocar en trastornos y adicciones.
La salud mental de los que hoy son los héroes de una nación dependerá del apoyo familiar y psicológico que reciban durante y después de esta emergencia sanitaria, que ha cobrado la vida de miles de ellos en México, lo que aunado a las agresiones por parte de la población endurece la situación que atraviesan.
SIETE DE CADA DIEZ
Mercedes Urbina González, presidenta del Colegio de Psicólogos del Sur de Tamaulipas, A.C., detalló que en base a los resultados obtenidos en la aplicación del Inventario de Burnout de Maslacht (MBI–Maslach Burnout Inventory, por sus siglas en inglés), que es un instrumento de evaluación psicológica en el que se plantea una serie de puntos acerca de pensamientos y sentimientos sujetos a la interacción laboral, se puede señalar que más del 50% de los médicos y enfermeras han desarrollado trastornos mentales.
En entrevista, la especialista en salud mental dijo que los resultados de la aplicación del MBI ha sido que 7 de cada 10 médicos y enfermeras han experimentado síntomas de angustia por la falta de equipo e insumos nece-sarios para la atención de esta pandemia, además 5 de cada 10 experimentan depresión y 3 de cada 10 tienen problemas de insomnio.
La Secretaría de Salud Federal arrancó el pasado 9 de mayo el monitoreo para detección y atención de los problemas emocionales que presentan los trabajadores de primero, segundo y tercer nivel de atención a la salud, mismo que consiste en un test de detección de riesgos del estado mental en donde se ofrecen recomendaciones, atención terapéutica e intervención hospitalaria, basados en la gravedad del padecimiento.
TRASTORNOS Y ADICCIONES
En base a los resultados del monitoreo realizado por la autoridad sanitaria, son depresión, somatización, ansiedad y estrés postraumático los cuadros clínicos que han desarrollado los médicos, camilleros, enfermeras, paramédicos, laboratoristas, psicólogos, especialistas, personal de limpieza y lavandería, así como administrativo y responsables de la preparación de alimentos, que están asignados a los nosocomios de uso exclusivo para casos confirmados de Covid-19.
Lo que, explicó el especialista en la salud mental Alejandro Cruz Rosas, director del Hospital Psiquiátrico de Tampico, desencadenará abuso de sustancias, principalmente de alcohol y tabaco, entre quienes hoy luchan para que la mayor parte de los mexicanos sobrevivan al temible SARS CoV-2.
“El agotamiento mental y físico es lo que se observaría entre el personal de Salud, de manera general, pero de manera específica en personas que ya tenían patologías mentales o problemas de ansiedad o estrés se verá incrementado, además pueden tener episodios depresivos o cambios en el sueño, trastornos en el apetito, dificultad de adaptación a las circunstancias familiares o grupales, también puede darse el abuso o dependencia de sustancias, sobre todo alcohol y tabaco”.
Dijo que las personas de primera línea serán las más afectadas, aunque la vulnerabilidad la pueden llegar a desarrollar quienes están en otras áreas de las unidades de salud, por la ansiedad que desarrollan al estar siempre expectantes a nuevas noticias, lo que se traduce en cambios de humor y falta de concentración, tras vivir una pandemia de gran impacto como la del Covid-19.
VIOLENCIA SOCIAL, DUELO Y SÍNDROMES DE ESTRÉS AGRAVAN LA PROBLEMÁTICA
El subsecretario de Salud en México, Hugo López-Gatell Ramírez, ha señalado que el impacto en la salud mental de los profesionales de la salud es mayor ante el estigma, la discriminación y violencia social de que son objeto por parte de la misma población, quien los acusa de manera cotidiana de ser los principales portadores del virus, a lo que se suman las repetidas experiencias de duelo que sufren en su interacción con personas en estado crítico y el contagio entre el mismo personal que se ha identificado en brotes, causando la muerte de miles de ellos, lo que eleva su estado de ansiedad y estrés.
La psicóloga Mercedes Urbina González refirió que si a lo anterior se le agregan las intensas jornadas, el número de pacientes que tienen a su cargo que llegan en condiciones severas y el ser portadores de noticias fatales ante familias incrédulas de la enfermedad que los ataca e insulta, así como las pocas horas que permanecen en contacto con sus familiares y seres amados, resultado de las estrictas medidas sanitarias, es el motivo por el cual los trabajadores de hospitales han llegado a desarrollar Síndrome de Burnout.
“Consiste en un desgaste físico y emocional asociado a la actividad laboral, que el personal de Salud ha desarrollado por el miedo al contagio, el enojo y la desesperanza porque las personas no cuidan de ellas mismas y cuando reciben a los pacientes llegan muy deteriorados de salud y con pocas posibilidades de salvarles la vida, esto genera un desgaste físico, tristeza, angustia y agotamiento, lo que se vuelve parte de sus vidas, sin buscar ayuda por falta de tiempo, lo que los lleva a situaciones complicadas donde se desconcentran de su trabajo”.
ATENCIÓN URGENTE
El especialista en salud mental, Cruz Rosas, señaló que es necesario comenzar a crear hábitos de relajación aunado a la asesoría mental, antes de que finalice la pandemia y no después de ella, para que los profesionistas en medicina generen un proceso de desarrollo de habilidad favorable en base a las experiencias que han tenido que enfrentar durante la atención de personas positivas a coronavirus.
Para ello es necesario que cada trabajador, al llegar a casa después de cumplir con su función, “reduzca la información recibida del tema, porque esto hace que siga existiendo una exaltación, en lugar de ello, que hagan actividades grupales con sus hijos o padres, desde el quehacer de la casa en donde cada uno tenga una responsabilidad hasta actividades de recreación, como un juego de mesa, programar actividades, esto hará que canalicen el nivel de ansiedad”.
El estado emocional para reanudar sus actividades tras la pandemia dependerá del apoyo psicológico que reciban, ya que está comprobado científicamente que las circunstancias extraordinarias por las que cualquier persona atraviesa llegan a generar procesos de conflictos emocionales.
Ante ello el director del Hospital Psiquiátrico dijo que será esencial que médicos, enfermeras y demás trabajadores del área “lo veamos como un proceso de crecimiento, todo cambia, pero debemos de echar mano de nuestras propias herramientas para desarrollar esas habilidades y que podamos crecer con esa experiencia que se tuvo”, expresó.