Si de dolor se canta, por amor más.
Ellos sólo quieren mejorar para ayudar a sus hijas.
Se ganan la vida cantando en las calles de la zona centro.
Pero su principal instrumento musical, una guitarra, resiente ya el desgaste del uso constante y del tiempo.
Esperan la ayuda de la ciudadanía en general para dar un paso hacia adelante.
Ella es Karina Rodríguez Córdova, invidente de nacimiento y él es Agustín Nieto Díaz, quienes por circunstancias de la vida se han visto obligados a ganarse la vida de esta manera para pagar los estudios de sus hijas Karina Lizet y Frida Guadalupe Nieto Rodríguez, de siete y seis años de edad, respectivamente, quienes cursan sus estudios en la Escuela “Francisco Nicodemo” de la colonia Esfuerzo Nacional en Ciudad Madero.
Desde las nueve de la mañana y desde hace tres años ellos recorren el primer cuadro de la ciudad hasta la hora de regresar a la escuela por sus hijas cantando canciones de su inspiración, dado que fueron advertidos de que tenían que pagar derechos de autor si entonaban melodías populares.
“Sólo queremos ganarnos la vida, sacar adelante a nuestras hijas de siete y seis años, sólo queremos escucharnos, buscamos y pedimos el apoyo de la ciudadanía para que nos permita comprar un aparato que nos dé sonoridad y un nuevo instrumento musical... Nosotros no molestamos a nadie, sólo cantamos para salir adelante”, señaló Nieto Díaz.
“No menoscabamos la calidad de las guitarras, suena muy bonito, no nos escuchamos, y por eso queremos ver la forma de conseguir un aparato que nos ayude para seguir manteniendo a nuestras hijas en la escuela 'Francisco Nicodemo” en primero y segundo grado respectivamente”, puntualizó.