El cambio de uso de suelo para sectores residenciales como Paseo Bellavista y Chairel, Charro y Sierra Morena detuvo inversiones por más de 200 millones de pesos en la edificación de al menos dos torres residenciales y la contratación de más de 400 obreros de la construcción.
Martín Castillo Juárez, secretario general de la Sección 4 de Albañiles en Tampico, dijo que un grupo importante dedicado al desarrollo inmobiliario también dejó en pausa la edificación de otros proyectos de vivienda vertical en las calles Altamira, Obregón y Matienzo, donde ofrecería departamentos para trabajadores de ingresos de medios a altos.
Aseguró que el gremio de la construcción no enfrenta actualmente su mejor momento, pues la obra pública escasea y en el 2017 la inversión gubernamental para equipamiento urbano apenas alcanzó los 650 millones de pesos, insuficiente para dar empleo a los 12 mil obreros.
“Teníamos puestas nuestras esperanzas en el arranque de dos torres residenciales, donde serían contratados al menos 400 trabajadores entre albañiles, plomeros, pintores, soldadores y otras áreas, pero por lo pronto han quedado parados, lo que hará escasa la inversión sobre todo para vivienda, que es la principal generadora de empleo”.
Mencionó el dirigente que otras construcciones similares están previstas para la avenida Faja de Oro en la colonia Lomas de Rosales, pero todavía no hay fecha para cuando comiencen, lo que mantiene en situación de vulnerabilidad económica a los trabajadores de la construcción.
La semana pasada el Cabildo de Tampico aprobó para ciertos sectores un máximo de construcción vertical de hasta 15 pisos, mientras que en otras zonas hasta 3 pisos.
Las modificaciones se hicieron en algunos corredores urbanos, donde se recorta la altura de los edificios, como son Paseo Bellavista, Sauce, Chairel, Fray Andrés de Olmos y Sierra Morena.
Para el presidente de la Asociación Mexicana de Profesionistas Inmobiliarios (AMPI) Sur de Tamaulipas, Emilio Rojas, la modificación al reglamento urbano quedó corta, porque no permite el aprovechamiento de grandes predios, en abandono o con edificaciones antiguas en algunas como la colonia Minerva, Guadalupe o Petrolera para desarrollos habitacionales residenciales.
Esas colonias tienen un gran potencial porque a su alrededor se han levantado plazas comerciales y pueden atender las necesidades de una ciudad moderna, sin que esos sectores pierdan su esencia de antaño, agregó.
Es cierto que deben respetarse parámetros como servicios urbanos, pero es preferible dar paso a fraccionamientos residenciales, que predios o viviendas en desuso, ante lo cual AMPI presentará un proyecto al gobierno para que se avance en ese rubro y alentar la inversión residencial media y alta, puntualizó.