El tercer cronista tampiqueño comenzó a planear hace tiempo uno de los proyectos más importantes que hemos tenido en el puerto, quizá el más relevante en el último siglo. Pero hace un año, el 13 de agosto, Marco Antonio Flores nos sorprendió con la noticia de su fallecimiento.
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Meses antes de la trágica noticia, Marco ya hablaba de este proyecto en eventos públicos. Precisamente en abril del 2019, durante la reunión de cronistas, aprovechó para mencionarlo.
Como siempre esta reunión congregó a decenas de cronistas, que tuvieron un máximo de tres minutos para articular un mensaje a la concurrencia. Mientras esto ocurría llegó el alcalde con su comitiva, dio un discurso donde recordó que Marco y él fueron compañeros en la preparatoria y le entregó un reconocimiento enmarcado.
Hecho esto, se retiró el alcalde y siguió la reunión. Al concluir el acto, Marco en su papel de anfitrión daba las palabras de despedida y cuando ya todos se ponían de pie, pareció reparar en un detalle importante. Tratando de que todos le prestáramos atención subió el volumen de su voz con el micrófono.
“Ah, y ya viene el bicentenario de nuestra ciudad, hay que ir pensando en cómo lo vamos a celebrar, a lo mejor habrá que formar un patronato o una comisión…” Y sus palabras se ahogaron en el ruido de la concurrencia, pero en mi mente se quedaron grabadas y resonando aún hoy, un años después.
En el 2023 Tampico cumplirá el bicentenario de su fundación, Marco Antonio estaba consciente de que este aniversario merece un tratamiento especial, no es un simple evento cultural más, es “el evento”. Incluso mencionó claramente la figura de un patronato, seguramente para administrar los recursos económicos que llegarán y la configuración de un programa de actividades.
Un antecedente de este tipo de aniversarios es el bicentenario de la Independencia Nacional, en 2010. Donde hubo de todo, sobre todo polémica y derroche de recursos.
Pero si retrocedemos más en el tiempo, en 1923 los tampiqueños colocaron junto a la plaza de La Libertad una columna con la leyenda “En el primer centenario de su fundación, homenaje a los fundadores de Santa Anna de Tampico”. Y basta dar unos pasos hacia el puerto para llegar a la plaza Hijas de Tampico, inaugurada también para celebrar esa fecha hace cien años.
Pero vamos al grano ¿cómo vamos a celebrar el bicentenario de Tampico? ¿quién decide lo que vamos a hacer? En el orden natural de las cosas, estas decisiones recaen en autoridades como el gobierno estatal y municipal, seguramente en coordinación con alguna secretaría de orden federal y todo ejecutado a través de la dirección de cultura municipal.
Esta celebración se convierte en un desafío, pues debe ser una conmemoración, fiesta, celebración donde todos los tampiqueños disfrutemos, y también aprendamos un poco de nuestra historia.
No sería mala idea hacerle caso a Marco Antonio Flores, tercer cronista de Tampico, quien mencionó meses antes de su fallecimiento, la pertinencia de una patronato o comité para iniciar ya la organización de nuestro bicentenario.
Más allá de eventos oficiales que se realicen, podríamos ir comenzando cada uno de nosotros por conocer lo que pasó hace casi 200 años, en el Santa Anna de Tampico.
Un antecedente de es el bicentenario de la Independencia Nacional, en 2010. Donde hubo de todo, sobre todo polémica y derroche de recursos.
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