La larga veda de camarón de alta mar, que este año sumará 4 meses y medio, acentuó la ruina económica para más de 1,150 pescadores del sur de Tamaulipas y con ingresos ínfimos como albañiles, choferes o laborando en la reparación de embarcaciones apenas pueden llevar el sustento a casa.
El pescador Luis Antonio Acosta Mejía aseguró que a pesar de la ampliación de la veda, el gobierno federal y del estado abandonaron a los trabajadores del mar, algunos de los cuales han optado por la pesca de escama en aguas interiores, pero en las lagunas la producción ha caído más del 80 por ciento.
"Apenas nos alcanza para sobrevivir pues la pesca de escama escasea como nunca por las condiciones climáticas, y es de cero los apoyos gubernamentales hacia los pescadores y sus familias, que sobreviven en las zonas rurales y urbanas con gran esfuerzo".
"Pedimos que se acorte la veda de camarón, pues cada vez hay menos oportunidad de pescar al aplicarse nuevas prohibiciones de especies como tiburón y no hay apoyos para pescadores organizados y libres".
Dijo que los ingresos de las familias de pescadores caen más del 50% y en esta época la situación para su familia se torna caótica, pues por ejemplo él debe sostener a sus cuatro hijos y existen muy pocas oportunidades laborales.
A su vez, el presidente de la Federación Regional de Sociedades Cooperativas Pesqueras del Sur de Tamaulipas, Canuto González, denunció la precariedad económica de la mayoría de los trabajadores del mar, y aseguró que en algunos casos "los dueños de los barcos los tienen como esclavos pagándoles entre 300 y 400 pesos por semana, haciendo algunas reparaciones o limpieza en las embarcaciones".
"Ellos no tienen alternativas de trabajar en otros lugares para aumentar sus ingresos, pues los patrones no les permiten salir, pero los pagan una miseria", aseguró.
"Quienes sí pueden hacerlo se contratan como albañiles, choferes o pintores, lo cual es insuficiente para cubrir sus necesidades económicas elementales".
Incluso denunció que fue muy reducido el número de pescadores que recibió apoyos económicos de la compañía TransCanada, mientras que los dueños de los 170 barcos obtuvieron hasta 45 mil dólares por cada embarcación de esa empresas, gracias a la gestión del gobierno estatal y la Secretaría de Pesca.