El 2020 quedará marcado en el mundo como un año de crisis sanitaria y económica, sobre todo para actividades como el turismo.
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En México el turismo aporta el 8.9% del Producto Interno Bruto (PIB) y genera el 9% de los empleos formales. Además, se producen entre el turismo nacional e internacional más de 250 millones de visitas al año.
Por ello, el golpe asestado por el Covid-19 al turismo con el confinamiento obligado de este año ha sido mortal, ya que redujo drásticamente la llegada del número de turistas al ser la prioridad la salud pública, pero también el proteger los empleos y las empresas.
En Tamaulipas, de acuerdo con datos de la Secretaría de Turismo, el impacto económico fue de 3 mil 700 millones de pesos este 2020 y la pérdida de 5 mil 700 puestos de trabajo. Mientras que en la zona conurbada las pérdidas económicas ascienden a mil 665 millones de pesos y 2 mil 565 empleos.
En el país, el impacto se demostró al tener ocupaciones hoteleras de un dígito en los meses más críticos que fueron abril y mayo, siendo que la caída del turismo pone en riesgo el sustento de miles de personas.
En el sur de Tamaulipas se registró 9% de ocupación en abril y empresarios del sector hotelero estiman que la recuperación será lenta.
“Hasta el segundo trimestre del 2021 será cuando se vea una recuperación, depende de que no haya un rebrote en Tamaulipas y de la aplicación pronta de las vacunas, solo para llegar a los niveles que se tenían”, comentó Íñigo Fernández Bárcena, presidente de la Asociación Mexicana de Hoteles del Sur de Tamaulipas. Advirtió que la pandemia sanitaria ha llevado la ocupación de hoteles a niveles que no se tenían desde la crisis de seguridad del 2010, cuando estuvo en un 30% de ocupación, la cual ya había sido superada.
Para sobrellevar la caída en los hoteles no se renovaron los contratos temporales y tampoco se contrató nuevo personal.
“Por vacaciones de verano se contrataba personal y aumentaba un 10% la plantilla, pero este año tuvimos que hacer reducciones de jornadas de trabajo y por ende de sueldos”.
También se detuvieron remodelaciones en los hoteles e inversiones que se tenían contempladas; se puso una pausa a esos proyectos para contener parte de los recursos económicos y tener a la mano o en caja dinero para afrontar los gastos.
Trabajaron solo con el 60% de la plantilla, que era un promedio de mil personas, por lo que hay al menos 400 personas que no están trabajando en esta industria en la zona conurbada.
Además, en los meses más críticos los hoteles tuvieron que cerrar pisos completos ante una menor ocupación y con ello lograron gastar menos luz, agua y gas, entre otros servicios.
“Haciéndonos conscientes de la situación algunos hoteles optaron por dar vacaciones al personal debido a la baja actividad, así como hacer trabajos de pintura y mantenimiento”.