Con profunda emoción, Anabel concluyó con éxito su tratamiento de cáncer de mama y logró tocar la campana de la vida en Tamaulipas. Para festejar este memorable hecho, preparó un festejo en el que no faltaron los taquitos, el café y el pan.
El Centro Oncológico de Tamaulipas dio a conocer que Anabel Balleza Diaz, originaria de Ciudad Victoria, había terminado con su periodo de cinco años de vigilancia en este hospital el pasado martes 8 de agosto.
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“Fue un hermoso gesto”
“En modo de agradecimiento y felicidad por este hecho quiso compartir con todos los presentes en este centro unos ricos tacos, pan y café, gracias por este hermoso gesto y muchas felicidades”, fue el mensaje publicado en la cuenta de Facebook del centro oncológico.
También compartieron algunas imágenes del momento de la conmovedora convivencia, en la que la propia Anabel estuvo atendiendo y sirviendo la comida tanto al equipo médico, como a familiares y amigos.
Anabel tocó la campana de la vida y ofreció algunas palabras
En un video compartido por el nosocomio, se observa a Anabel tocando la campana de la vida, mientras uno de los doctores le entrega un reconocimiento por su paciencia y constancia durante el tratamiento contra el cáncer.
Visiblemente emocionada, Anabel compartió algunas palabras en las que agradeció al personal médico así como al doctor Arturo Vázquez.
“Agradezco al Centro Oncológico que me apoyó desde que yo llegué aquí hace cinco años. Al director del hospital que siempre tuvo el medicamento para mi tratamiento que, gracias a Dios, a mí en ese momento no me costó nada”, dijo.
Y añadió: “Tengo sentimientos encontrados, cinco años se dicen fáciles, pero es un proceso largo, difícil. Estudios, tratamiento pero, gracias a Dios, aquí estoy.
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A partir de hoy, como dijo mi psicólogo, seré mensajera de que debemos revisarnos constantemente, para que todo sea detectado a tiempo, como fue mi caso”.
Extendió su agradecimiento a familiares y amigos, así como a su esposo Jaime, ya que siempre representaron un apoyo en los momentos más difíciles.
“Una simple palabra puede representar un aliento de vida para nosotros. Gracias, gracias a todos”, dijo Anabel, quien tocó la campana de la vida tras vencer al cáncer de mamá y festejó con tacos, café y pan.