La niña Amelia Robles Ávila nació en 1889; el coronel Amelio Robles Ávila murió en 1984. En una época severamente conservadora, la transgresión de este militar nos muestra que la diversidad de género ha estado presente en nuestra realidad desde siempre, y que las minorías sexuales han participado en importantes acontecimientos históricos de nuestro país.
COMBATIÓ A LAS FUERZAS HUERTISTAS CON VALENTÍA
Nacida en Xochipala, Guerrero, Amelia desde pequeña destacó por su rebeldía. Muy joven aprendió a montar a caballo y a dominar las armas, habilidades que estaban reservadas exclusivamente para los hombres, pero que a ella más tarde la hicieron destacar en el campo de batalla.
Cuando estalla la revolución, se integra a la guerrilla zapatista, donde sobresale rápidamente por su valentía y sus compañeros la nombran coronela. La historiadora Nohemí Juárez Pérez indica que la participación de Amelia fue decisiva en combates como la toma de Chilpancingo en 1914, que significó la derrota de las fuerzas de Victoriano Huerta en Guerrero.
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ENTONCES SE HIZO LLAMAR AMELIO
Según ha informado la Secretaría de Cultura, a raíz de su ingreso en 1918 al Ejército Mexicano, Amelia solicitó que se refirieran a su persona en masculino. “Comenzó a usar ropa considerada propia de los hombres y se hizo llamar Amelio, nombre que pidió fuera respetado”. El arrojo demostrado por él hizo que los oficiales reconocieran su masculinidad.
Para entonces, Amelio Robles ya acostumbraba a vestir traje oscuro, pistola en la funda del cinto y un cigarrillo en la mano. Sostuvo diferentes relaciones sentimentales con mujeres, de quienes se conocen los nombres de Ángela Torres, con quien adoptó una hija, y Guadalupe Barrón.
“El coronel Amelio será en la posteridad el primer hombre transgénero en ser reconocido por la Secretaría de la Defensa Nacional, a quien además se le otorgan condecoraciones como legionario y veterano de la Revolución”, explica Juárez Pérez.