Las afectaciones por la sequía en el sur de Tamaulipas que mantienen bajos niveles en el sistema lagunario Tamesí-Chairel, podrían derivar en una declaratoria de emergencia para que autoridades federales intervengan de manera urgente, ante el colapso de diversos sectores productivos y la alerta de salud pública de las 800 mil personas que habitan esta región.
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"Desde luego que se puede declarar zona de emergencia, vamos a tener que recurrir a ese tipo de estrategias, porque eso es cierto; va a impactar la parte económica, va a impactar el medioambiente, la salud humana, nosotros no podemos estar sin agua dulce, es como cuando ocurre un terremoto, la gente se queda sin nada, es importante explicar que estamos en estado de emergencia".
Señaló Andrés Bonilla Ibarra, integrante del grupo de especialistas hidráulico y ambientalistas, que conforman la Unión de Profesionistas en Acción de la zona conurbada, indicando se vive una situación de alto riesgo a la salud y un estado de emergencia por las afectaciones que se están registrando en varios órdenes, por las fugas que han mantenido por largos años en el Estero el Camalote.
El también exdelegado de la Semarnat en la zona comentó que derivando que el agua salada ingresó a la zona de donde se suministra el agua potable, ahora las afectaciones alcanzaron a los miles de habitantes, quienes buscan ahora agua purificada como alternativa para sus quehaceres domésticos, originando episodios psicosis entre la población.
Bonilla Ibarra manifestó que la solución es que lo antes posible se cierren las fugas que tiene el dique del Estero el Camalote, se eche a andar un plan regional hídrico estratégico que dé una solución integral para garantizar el abasto de agua potable para el fin del siglo, creando ollas de agua dulce para no sufrir desabasto en épocas de estiaje, además de un reordenamiento de actividades humanas en las cuentas.
Agregó que el grupo de Profesionistas en Acción, que está conformado por biólogos, contadores, abogados, académicos e ingenieros están pidiendo ahora al presidente de México que voltee al norte del país, pues la crisis del agua está dañando cultivos, la biodiversidad y a la vida humana.