Tres dedos bastan para efectuar la auto exploración mamaria, para hacer la diferencia en detectar a tiempo cualquier tipo de anormalidad y comenzar, en caso de ser necesario, el tratamiento que puede salvar la vida, tres dedos pueden hacer la diferencia entre vivir plenamente o una muerte temprana.
“Explora, Sonríe y Arañitas” es parte de las acciones que impulsan asociaciones como “Alianza Contra el Cáncer”, convocando a la responsabilidad personal y a vencer los tabúes que siguen pesando sobre esta enfermedad que asola tanto a mujeres como, en menor medida, a varones.
Por ello se impulsa la iniciativa de autoexploración o hacerlo en pareja, en un afán de involucramiento mutuo tanto de la mujer como del varón, ya que nadie estamos exentos de enfrentarnos al rostro del cáncer.
TABUES E IRRESPONSABILIDAD, LOS MAYORES MALES SOCIALES
Pese a las campañas de concienciación impulsadas por empresas, organismos sociales e instituciones de salud sigue presentándose un amplio grado de irresponsabilidad para efectuarse exploraciones que permitan detectar este mal.
Los tabúes, en muchos casos, siguen pensando incluso más que el amor propio o a la vida, lo que genera que lleguen a solicitar atención médica pacientes con un cáncer en etapa avanzada o metástasis.
“Yo no tuve la responsabilidad de ir al doctor en tiempo y forma, fui buena hija, esposa, madre, amiga, hermana, comadre, ciudadana pero nunca tuve la responsabilidad de cuidarme el cuerpo, a mí misma” dijo a El Sol de Tampico la fundadora de Alianza Contra el Cáncer, Lupita Ostos.
El 1 de junio de 1993 fue una de las mujeres más jóvenes que se detectaron el cáncer de mama en etapa 3 casi 4 y que, además de vencer la enfermedad, encaró la carga social de hace 26 años saliendo a la luz pública para comenzar la lucha por la conciencia y a lo que ella llama “salid del closet”.
En el ocaso del siglo pasado se pensaba que esta enfermedad era prácticamente responsabilidad de las mujeres y además de que solo las adineradas podían superar con tratamientos en el extranjero, el resto estaba destinada a morir.
“Me siento culpable porque soy una mujer estudiada, que me dediqué a mis estudios a acumular grados escolares -dos maestrías de comercio internacional-, pero al final cuando te enfrentas a que Dios te ha escrito una carta y te dice que quizá dentro de un mes te vayas a vivir con él, te percatas que todo aquello por lo luchado durante toda la vida se iban a quedar” dijo.
Deformes y culpables de la amputación de senos eran las etiquetas autoimpuestas “pero dentro de mi responsabilidad nunca quise que me diera cáncer de mama, por mi cabeza pasaba que iba a tener esta enfermedad”.
Al detectarse el avance de la enfermedad en un plazo de ocho días se decide retirar la mama a Lupita por parte de sus médicos Jaime Aguilar y Héctor Aimerish, pidió ser llevada a ginecología para recuperarse contagiada por la buena vibra de felices madres.
Fueron cuatro meses de recuperación, con mucho sueño y tiempo suficiente para razonar, preguntándose en reiteradas ocasiones ¿para qué? Dios le había dado esta enfermedad, “no ¿por qué?, sino, ¿cuál era el fin?”.
Su hija mayor se convirtió en imagen materna de sus hijos menores “lamento no haberme cuidado porque hice que mi hija de 13 años fuera la madre de mis otros dos hijos, porque se tenía que encargar de la administración del hogar mientras pasaba el proceso”.
El mayor temor en ese entonces era “hacer la mudanza” a la Casa de Dios y dejar de manera permanente a Mónica en esa condición.
En esos días aciagos y a la fecha el respaldo de su esposa Ricardo Luis Ostos Villarreal, con quien ha compartido 6 años de novia y 42 de casada, ha sido fundamental “cuando tuve esta enfermedad es cuando más valoré al compañero de vida que Dios me puso, mi Güero, íntegro y un ser humano con demasiadas cualidades, quien en mi recuperación quiso renovar los votos matrimoniales”, recuerda Lupita con llanto.
LA VOZ
Veintiséis años después tiene la respuesta, Lupita se ha convertido en referente, ícono y voz de la lucha contra el cáncer.
“El cáncer de mama se cura con dinero, lleva tratamientos carísimos de quimioterapia, radiaciones y medicamentos, no es fácil que hospital subsidie, ahora con presupuestos del 2020 será difícil por eso levantar la voz es importante” aseguró.
La revisión de ella y los suyos es permanente “ahorramos para hacernos estudios cada 6 meses “El Güero” y yo, para que en lugar de hacérnoslos una vez al año lo hagamos dos veces”, refiere la inquieta mujer que disfruta la vida y a sus cinco nietos.
Considera el cáncer como una zangoloteada para aterrizar en la tierra como mujer de virtudes “Dios me quitó un seno a cambio que valorara a la familia que me ha dado, fue una lección para mí, hacer el equilibro entre la familia y el éxito, de darle valor a las cosas como las tiene y no como la sociedad quiere que sean”
A la mujer mexicana “nos han dicho que nos tenemos que esforzar para demostrar todo, creo que lo que el cáncer de mama me hizo sentir, además de encontrarme a mí misma, fue entender que los hombres como compañeros de vida son complemento y no competencia”.
En los últimos años cuatro veces ha tenido que ser operada al serle detectados nuevos nódulos “y en mi caso prefiero que me abran, los chequen en patología y me digan que estoy bien”.
El miedo la lleva a considerar que de ser posible ahorraría “para que mis nietas se hagan la operación tipo Angelina -Jolie- para que tengamos certeza no padecerán esta enfermedad”.
Lupita, desde 1993, duerme con un rosario en la mano, ante el temor que le representa el regreso de la enfermedad, pero al despertar encara con determinación la vida y su permanente esfuerzo contra los tabúes, la depresión, la soledad y la apatía que sigue matando mujeres por medio del cáncer.
PROBLEMA DE SALUD PUBLICA
Además de los esfuerzos de conciencia ciudadana Alianza Contra el Cáncer se encamina a que esta enfermedad sea considerada un problema de salud pública.
“Que no solo se toque en octubre, sino que ésta sea permanente” refirió Lupita Ostos, quien analiza el paquete de Presupuesto 2020 para conocer a detalle el destino de recursos a esta enfermedad.
Ser sobreviviente la hace sentir responsable para que las nuevas pacientes tengan herramientas para enfrentarlo y superarlo.
“Me siento responsable y me ha hecho que lea y entienda más, soy contador y no puedo dar una conferencia en medicina, pero sí el paquete económico” dijo.
La asignación presupuestaria la ve complicada “no puedo entender cómo sufragarán los gastos cuando los medicamentos están caros y hay escasez cuando no han hecho una licitación porque se piensa o se presume que hay corrupción”.
Llamó a no politizar la enfemedad, sino ampliar el conocimiento en ella, “sentimos que no conocen el problema porque cuando lo conozcan estoy segura que ayudará”.
Ostos consideró que “en Tamaulipas somos afortunados, se ha sacado de presupuesto estatal y ha seguido subsidiando pero no hay recurso federal suficiente”.
AMPLIAR LA EDAD DE REVISIONES
Ante el aumento en las edades de pacientes, Alianza Contra el Cáncer ha pugnado por ampliar el espectro etéreo para la aplicación de mastografías.
Aunque se considera que la mayor afectación se da entre 40 y 59, hay casos documentados de menores de 30 y mayores de 70 años.
“Por eso buscanos ampliar las mamografías hasta N número de años, la norma oficial internacional dice que hasta 65 años de manera gratuita pero se está pidiendo ampliarla” mencionó Ostos.
De igual manera en Tamaulipas la edad para desarrollar mastografías era a los 50 años, se logró reducir a partir de los 45, “ahora abogamos porque sean desde los 35”.
15 mexicanas mueren al día por esta enfermedad
1ra causa de muerte en mujeres mayores de 25 años
TRES DEDOS
Explora: Es tu responsabilidad
Sonríe: Con naturalidad y contra los tabúes
Arañitas: El ejercicio de rehabilitación
Los Números
+ pacientes de 20 a 30 años con formaciones malignas en mama.
+ incidencia en mayores de 60 años.
+ afectadas en edad de 40 a 59 años.
20% de casos de cáncer son de mama.