Para Alicia Aramburu Nazarín alcanzar la maternidad ha sido la experiencia más grande de su existencia y la tarea de ser madre de cuatro hijas la ha sabido combinar el oficio de la restauración de pieles en un pequeño negocio de la calle Tamaulipas, en el centro de Tampico.
Dejar la parafernalia de la gran urbe de la Ciudad de México hace más 17 años a este puerto, le facilitó la crianza de sus pequeñas, ahora profesionistas, ayudar a su esposo en el taller, dedicándose a la mezcla y preparación de pinturas, así como a la reparación de muebles, bolsas, chamarras y cintos de distintas pieles.
MADRE Y EMPRESARIA
Su rostro se ilumina cuando responde a la pregunta de ser madre y agrega que el tener abrazar y besar a su primera hija es inolvidable, pero también difícil comprender cómo ese pequeño ser se había formado dentro de ella.
Claro que su diario vivir cambió al nacer sus hijas. Cuando eran niñas, no había horas de descanso, al combinar el trabajo de madre con el taller. Pero le ha dado satisfacción, pues ha puesto el ejemplo de la capacidad de las mujeres, que lo pueden lograr todo.
Aunque el papel de la mamá de hoy dejó de ser similar a la de otras generaciones, Alicia expone que al final es igual, porque las madres son fortaleza y dedicación y esos valores son ejemplos que no cambian.
Los regalos que reciben las madres son muchos y observarlas crecer, ayudarlas en sus primero pasos, balbucear con ellas las primeras palabras, iniciar juntas actividades escolares, emprender el camino de la adolescencia y al final verlas convertidas en mujer, han enriquecido su vida.
SEMBRADORA DE SUEÑOS
Es cierto, dice la vida no ha sido fácil, pero ahora es una mujer feliz y la llegada de su primera nieta, le impulsa a trabajar en su taller, emprender nuevos proyectos, perfeccionar el oficio de restaudora de pieles, que aprendió hace poco más de diez años en la renovadora de calzado La Victoria.
La mujer no deja de trabajar durante la entrevista, primero haciendo ajustes a la bolsa amarilla que debe entregar y después cepillando el mueble verde, cuya piel debe restaurar expone “la gran responsabilidad de las mujeres como madre, sembrar sueños y enseñar que todos son alcanzables”.
Ser madre, experiencia extraordinara en Alicia Aramburu, microempresaria restauradora de pieles
ALICIA ARaMBURU
Empresaria y madre
La gran responsabilidad de las mujeres como madre, sembrar sueños y enseñar que todos son alcanzables”