Alfred Claudel, es un médico de origen haitiano que llegó a México para estudiar medicina y se quedó en Tampico donde atiende a los migrantes que son recibidos por el Instituto Nacional de Migración (INM).
El médico haitiano-mexicano llegó a Tamaulipas para hacer su carrera profesional en medicina como todos aquellos jóvenes extranjeros que fueron albergados en las universidades públicas y privadas de Tampico y su zona metropolitana.
“México me abrió la puerta y me quedo en México porque es mi casa, me siento más mexicano que muchos mexicanos. Tengo tanto tiempo viviendo aquí que no me siento como un migrante, yo ya soy mexicano”, declaró.
Sus padres lo enviaron a Tampico: así ha sido la trayectoria del médico haitiano en México
Auralie y Alfred son los papás de Alfred Claudel, quien con la esperanza de ofrecer un mejor futuro a su hijo decidieron mandarlo a estudiar fuera de Haití, llegó a este país en 1996.
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Primero tenían la intención de mandarlo a España, pero cambiaron de parecer y buscaron opciones en México, donde a la edad de 24 años llegó a Tampico para inscribirse en la Universidad del Noreste (UNE).
Médico haitiano se quedó a trabajar en el INM de Tampico
Desde entonces comenzó a frecuentar al personal del INM por sus trámites migratorios como estudiante y en 2004 obtuvo la nacionalidad mexicana.
“Mi relación con el Instituto Nacional de Migración es una larga historia. Llegué hace 15 años para ayudar y atender gratuitamente a los pacientes. El instituto requería un médico y fue a través de la universidad que me mandaron a apoyar”, destacó el médico de 53 años de edad.
Tras prestar el servicio como voluntario, el INM decidió contratarlo, lugar donde ha prestado atención a miles de migrantes que han transitado por esta Estación Migratoria que por años se ubicó en la calle Emilio Carranza del centro de Tampico y que ahora se encuentra sobre el bulevar Adolfo López Mateos.
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El camino que no ha sido sencillo para el médico haitiano-mexicano en Tampico
Alfred Claudel, recordó tres momentos difíciles en su vida: el fallecimiento de su padre en 2002, de su madre en 2011, y un accidente automovilístico que tuvo, sin embargo, no dejó de brindar servicio al INM porque su mayor retribución es servir a las personas migrantes.
“Era 2002, iba a la clínica al servicio social y sufrí un accidente en el vehículo que me dejó la cadera fracturada. Recuerdo que era la Copa del Mundo, el día que México jugaba contra Italia y me sacaron del cuarto para entrar a quirófano y operarme de la cadera”, dijo.
Su tiempo de recuperación fue hasta diciembre del mismo año, lo que le impidió acudir al funeral de su padre en Estados Unidos donde radicaba; a partir que lo dieron de alta, continuó con las consultas en la estación migratoria y en su consultorio privado.
Así ha sido la vida de este médico haitiano-mexicano que ahora radica en Tampico y que se considera -y así es- más mexicano que los propios mexicanos.