Por Mirna HernÁndez Para AliciaFlores y Rubén Almanza, la llegada de Aidé es un regalo de Dios.La adolescente Down, de 16 años de edad, supera sus desafíos yhoy es pintora, canta y baila, asiste a la escuela secundaria y suproyecto de vida es convertirse en escritora.
LAS BATALLAS SON PARA LOS GUERREROS
Cuando Alicia estaba embarazada recibió la noticia de que lascosas no estaban bien y que su bebé, de seis meses de gestación,alcanzaba sólo uno por ciento de posibilidad de sobrevivir porqueretenía una gran cantidad de líquidos.
Con grandes dificultades, mucho temor, pero también esperanza,Aidé nació el 21 de febrero del 2001 en un hospital de Monterrey.Era minúscula, no alcanzaba el kilogramo de peso y susprobabilidades de vida eran ínfimas, permaneciendo alrededor deseis semanas en una incubadora donde recibía oxigenación yalimento especial.
Aidé se aferró a la vida, venció todos los diagnósticosmédicos y hoy es una historia de permanencia, amor, luchaconstante y superación enorme. De la mano de sus papás, lahermosa niña aprendió a leer y escribir, concluyó la educaciónprimaria y actualmente asiste a la Escuela Secundaria “AmadoNervo”.
Su sonrisa es dulce y encantadora. Se define como una chicaeducada, a la que le gusta bailar, tocar el órgano, cantar ypintar. Incluso algunos de sus cuadros ya adornan paredes en elHospital Cemain de Tampico.
Con la guía de la pintora Patricia Milán, los cuadros de lajoven destacan por sus expresiones hacia la naturaleza y han sidosubastados en beneficio para la Fundación Down de Tamaulipas.
Tímida, pero coqueta como toda adolescente, se adelanta y diceque su plan es convertirse en escritora de historias de princesas,pero también de amor, además de perfeccionar su voz para seguircantando la música de sus artistas favoritos.
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ORGULLO PARA SUS PAPÁS
A Alicia Flores le brillan los ojos cuando habla de su hija ynarra que enseñarle los colores, así como a leer y escribir a los6 ó 7 años se convirtió en toda una odisea. Pero con disciplinay firmeza lograron que lo hiciera.
Estimulación temprana y el apoyo de un grupo de psicólogosdieron a la pequeña un buen desarrollo, que ha aprendido a asearsesola, vestirse, arreglar su mochila y otras tareas que hacen laschicas de su edad.
Con Trisomia 21, que es así como se define a los niños Down,la vida de la joven transcurre con muchas actividades, junto a suamorosa familia interesada en convertirla en una mujer productiva eindependiente.
Para la pareja la vida no ha sido fácil, pues por una terribleenfermedad perdieron a su hijo Emilio, de tres años de edad.
Como otras familias con pequeños de esta condición de vida,lamentan la inexistencia de un modelo educativo público que apoyeel progreso de las personas especiales, generalmente excluidas dela vida productiva.
ENSEÑANZA DE VIDA
Su papá, Rubén Almanza, sólo escucha la entrevista. Seresiste a hablar. Pero al hacerlo suelta la emoción que le da suhija y da gracias por tenerla.
¿Qué le ha enseñado?; no lo piensa mucho y su rostro cambiacuando dice que Aidé, es sobre todo un aprendizaje de vida, porquele ha dado luz y fortaleza.
Dice que quiere que aprenda cocina, como herramienta de trabajoy dependa de sí misma.
Como jefe de la casa tiene preocupación por el dinero, lainseguridad o enojos de la cotidianidad, pero con su niña haaprendido la sencillez de la existencia.
Como todo padre, le preocupa el futuro de su pequeña, peroconfía que habrá frutos del trabajo diario, la disciplina, lafirmeza y el amor que prodigan a Aidé, a quien llaman un milagro yun regalo divino.
#ConoceA Aidé, pintora Down, un regalo de Dios#DiaDelSindromeDeDown ➡ https://goo.gl/iLd6F5Posted by El Sol de Tampicoon martes, 21 de marzo de 2017
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