La Casa del Peregrino de Tampico, lugar que por 36 años ha dado alimento, refugio y consuelo a miles de personas que provienen de la Huasteca potosina, hidalguense y veracruzana, se encuentra en riesgo de cierre debido a que se han quedado sin recursos para seguir ayudando.
En esta casa, ubicada en un punto estratégico del sur de Tamaulipas, todo converge, los municipios de Tampico y Ciudad Madero, la central de autobuses, los hospitales públicos, así como la necesidad y la intención de ayudar al prójimo no ha logrado levantarse del embate de la pandemia.
Nació para que la gente no durmiera afuera de los hospitales
“Hace aproximadamente 36 años una de las damas voluntarias que su hermano trabaja en el hospital civil comentó que se debería hacer algo porque los familiares de la gente de la casa de afuera está dormida en el piso y en el estacionamiento”, narró la administradora de La Casa del Peregrino, Carolina Nishimura, a EL SOL DE TAMPICO.
Explicó que por años Tampico ha sido el lugar a donde vienen todas aquellas personas que requieren de servicios de especialidad médica.
“Es gente que no tiene recursos para pagar un hotel y que se quedaban afuera del hospital, aquí se les ofrece el albergue, pueden venir a bañarse, a descansar, les ofrecemos desayuno, comida y cena y cuando tenemos recurso los apoyamos con el medicamento”, indicó.
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“A veces cuando tenemos despensa que nos han donado, les donamos porque mucha gente deja de trabajar por estar aquí atendiéndose o cuidando a su familiar y cuando regresan a casa no tienen nada o algo de ropa”, agregó.
Pandemia tumbó donativos
Como ocurrió en todo el mundo, la pandemia del Covid-19 paralizó todo, la Casa del Peregrino cerró por instrucciones sanitarias aunque siempre trató de ayudar con aportaciones económicas para que la gente pudiera pagar un hotel o comprar comida.
“Se nos cayeron 80% los donativos, primero porque todo se paró, por salud debimos cerrar y luego, cuando abrimos la gente dejó de donar, como que se olvidaron un poco de nosotros e incluso hay gente que ignora que ya estamos operando”, informó.
“Esto está muy duro y pensamos vamos a durar nada más de un año y luego vemos los casos y decimos ¿a dónde se va a ir toda esta gente?", añadió.
Detalló que ninguna autoridad -municipio, Estado, Federación- ni ningún organismo religioso les proporciona ayuda, por lo que se sostienen de ventas en el bazar, de la tienda de artículos religiosos, de donaciones como la que les realiza Fundación Simi.
“Dependiendo de la cantidad de peregrinos que lleguen, pero gastamos alrededor de 100 mil, pagamos una nómina, servicios, alimentos, impuestos, es algo muy pesado, antes donaban dependencias de gobierno, el DIF y ahora no, no sabemos por qué”, indicó.
Pese a ello, la casa realiza entre 15 y 20 servicios diarios de personas que llegan a comer, asearse o a dormir.
¿De qué se enferman en la huasteca?
La administradora, quien abrió las puertas de este refugio, dio a conocer que las personas llegan para atenderse de enfermedades que requieren de tratamientos largos y además costosos.
“Viene de todo pero mucha gente viene por cirugías, quimioterapias, muchos de hemodiálisis, muchos de psiquiatría y es que ahora les piden, se me hace bien, que la familia esté más cerca del paciente psiquiátrico”, detalló.
Planteó que se les solicita a los peregrinos una cuota de recuperación de 10 pesos por desayunos, 20 por la comida y 50 por pasar la noche, sin embargo, hay personas a las que se les ofrecen los servicios gratis debido a que carecen de los recursos.
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“Hacemos un estudio socioeconómico y nos damos cuenta de que no tienen, por supuesto que no se les cobra. Hay gente muy agradecida, hay quienes regresan y nos traen cosas de sus pueblos, se ofrecen a hacer trabajo voluntario, a ayudarnos”, explicó.
¿Cómo se puede ayudar?
Aunque el patronato de la Casa del Peregrino tiene un proyecto de relanzar una edición de un libro que se publicó en el año 2001 para obtener ingresos, en este momento, se requieren de donativos económicos.
“Si tenemos donativos fijos mensuales, tendríamos una parte segura, otra parte que done la tienda. Hemos pensado en hacer rifas, pero todos hacen rifas y ya nadie quiere números”, puntualizó.
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Las personas interesadas en apoyar a esta causa pueden hacer su donativo a la cuenta bancaria de BBVA Bancomer 01 00 237086, Clabe 01 28 13 00 100 237086 0 o solicitar información en los números 833 155 83 27, 833217 11 14.
La escena de personas durmiendo en el piso frente a los hospitales es algo casi común así como pensar que su situación es difícil y que no queremos estar en su lugar, sin embargo, apoyar a lugares como la Casa del Peregrino es hacer la diferencia, es ver a los demás con empatía y no con morbo, es actuar y no solo ser espectadores.