El robo de agua potable en la entidad se encuentra fuera de control y según estimaciones de la Comisión Estatal de Agua en Tamaulipas a organismos como la Comapa de Tampico-Madero y de Altamira le han ocasionado un pasivo de más de 700 millones de pesos, empeorado por la morosidad de usuarios comerciales y de fraccionamientos residenciales.
Javier Pinto Covarrubias, director general de la CEA, aseguró que en la entidad el “huachicol” de agua es creciente y se practica con fuerza en zonas de riego agrícola, pero también en sectores urbanos e industriales, sin que haya todavía penas severas contra quienes la toman sin pagarla.
En ese sentido, señaló que han pedido apoyo del sector privado para promover el cumplimiento de las empresas y presentado a diputados locales la propuesta para que se legisle a favor del endurecimiento de multas o sanciones que frenen el robo y abatir las tomas clandestinas que podrían alcanzar las 50 mil en Tamaulipas.
Incluso manifestó que en una reunión con empresarios de Tampico, Madero y Altamira quedó acordada una mayor colaboración de la comunidad de negocios en los consejos de administración de organismos operadores y lograr que las Comapas de Tampico-Madero y de Altamira corrijan sus ingresos, reduzcan la cartera vencida que tiene secuelas muy nocivas en las finanzas e impide avanzar en la renovación de la red de agua y drenaje.