La llegada de grandes capitales a Tampico durante el auge del petróleo atrajo a empresarios de la industria del entretenimiento y a principios del siglo pasado la diversión más moderna era el séptimo arte, por lo cual se empezaron a instalar salas de proyecciones en la ciudad, pero ninguno como el Cine Alcázar, que fue emblemático desde su construcción.
Estuvo ubicado en la esquina de Emilio Carranza y Fray Andrés de Olmos, entonces conocidas como calle Soberano Gobierno del Estado y La Empresa, a un lado de la Catedral de Tampico, construido a partir de 1920 y puesto en operación en 1922, con un gran éxito.
Ingenieros españoles lo construyeron
La obra fue a cargo de ingeniero Abraham Gómez, que realizó la construcción con un estilo morisco español creando así un edificio muy característico que fue una sensación por su diseño arabesco y que traspasó fronteras, pues fue tema de diferentes postales de la ciudad.
Este cine contaba con dos pisos, la primera planta con desnivel para mejor visibilidad de la audiencia, varios arcos de concreto, el más nuevo material en ese entonces, sostenía la estructura, mientras que la segunda nave era toda de madera con vigas del mismo material y techo de lámina.
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Fue administrado por Luis Amigot Tarazona, que le dio un realce a esta sala cinematográfica que cautivó por generaciones a los tampiqueños y sus visitantes.
Tenía dos secciones, luneta, frente a la pantalla con asientos metálicos y galería con asientos de tablones, en aquel entonces no se contaba con aire acondicionado y los espectadores gozaban de una fuente de sodas, con la más grande variedad de golosinas de esa época, los costos de las entradas fueron variando, desde los cinco y 15 centavos, hasta los dos y cuatro pesos.
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Se declara inmueble de riesgo al cumplir 50 años de uso
Será el 1 de diciembre de 1973 cuando comienza la demolición de este bello edificio, que como ocurrió con otros cines cuando fueron destruidos causó una enorme nostalgia en la población, ya desde el mes de septiembre de ese mismo año el departamento de Ingeniería Sanitaria del Centro de Salud llegó a la conclusión de clausurarlo.
Dentro del dictamen se reportaba que debido a que el piso superior no reunía los requisitos necesarios de seguridad, siendo clausurado en su totalidad, dado que este piso se encontraba tan frágil que se pensó que podía derrumbarse inesperadamente.
El edificio por esas fechas era propiedad de la sociedad Leopoldo Sánchez y Sucesores, S.A. quienes después de los estudios realizados encontraron que no era costeable la rehabilitación del inmueble, y para evitar algún accidente de graves consecuencias, es que se inició la demolición del mismo.
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La demolición del Cine Alcázar hizo que Tampico perdiera por primera vez uno de sus emblemáticos edificios que había acompañado a varias generaciones con alegrías y sueños, quedando solo en las viejas postales y fotografías su incomparable belleza y su exótico estilo que dio en algún momento un paisaje muy diferente a la ciudad.
