Detrás de los enormes lentes oscuros que protegen de la luz susojos recién operados se encuentra José Guillermo GalavizEspinosa, el abuelito activo y bailador que asegura estar enamoradode la música y la vida.
Canta y baila con singular sabor desde salsa, bachata o elsonido tropical, apenas distingue los compases caribeños y suspies pareciera que de manera involuntaria comienzan a moverserítmicamente.
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Canta y baila con singular sabor desde salsa, bachata o elsonido tropical, apenas distingue los compases caribeños y suspies pareciera que de manera involuntaria...
Posted by ElSol de Tampico on miércoles, 16 de agosto de 2017
Nació el 9 de marzo de 1938, nueve días antes de laExpropiación Petrolera, por lo que está a siete meses de cumplirocho décadas de vida que disfruta a cada momento.
Hijo de don Cruz Galaviz Sánchez y doña Adela Espinosa, esparte de una extensa familia integrada por ocho hermanos, de loscuales únicamente sobrevive él.
Es originario de Monterrey, de donde a los 21 años de edadsalió rumbo a Estados Unidos, a donde llegó como ilegal y seestableció en Houston, empleándose en un restaurante de ostionesy en una fábrica de telas ciclónicas, donde recibió siempre untrato digno.
Para su mala suerte, al cometer una infracción de tránsito alequivocarse de sentido en un freeway, fue detenido y deportado aMéxico, llegando a la zona sur de Tamaulipas, ya que su padretrabajaba en Tampico como ferrocarrilero.
“Yo no pude hacerme ferrocarrilero porque desde entonces mefallaba un oído, por lo que comencé a hacer diversas chambitas ydespués entré a la refinería Madero”, dijo el abuelito.
En la industria petrolera aprendió el oficio de soldador, conel cual logró solventar su vida al tener buenos ingresos. Se casócon la señora Mirna Carolina Castillo, 14 años menor que él, conquien procreó y sacaron avante a sus hijos José Jaime, Edgar,Jesús Jonathan, Mirna Leticia y Gloria.
A sus casi ochenta años sigue trabajando como parte delprograma de empacadores del DIF Madero, formando parte de la CasaClub, donde es un integrante querido.
Su alegría se vio reflejada en la edición del pasado CarnavalMiramar que se desarrolló este año en la zona de playa, donde fueel Rey de la Tercera Edad, nombrado como “Memo Primero”.
El hombre, de piel marcada por profundas arrugas otorgadas porel tiempo y muchas cicatrices en brazos que él llama“enseñanzas de la vida”, tiene diez nietos, de quienes sumemoria no le alcanza para acordarse de cada uno de losnombres.
Su existencia ha sido plena y la valora a plenitud, “me gustamucho la vida, Dios es muy lindo conmigo porque me ha salvado devarias situaciones de riesgo a lo largo de todos estosaños”.
Don Memo camina aún con paso decidido, con la sabiduría y laalegría propia de un hombre que ha vivido a plenitud.
Orgulloso presume sus habilidades en el baile y en el canto,deleitándonos antes de concluir la entrevista con motivo delpróximo festejo del Día del Abuelo con la canción “Cuandoapenas era un jovencito”.