Las lluvias empezaron 15 días antes. Todo el mes de septiembre había llovido, los huracanes “Gladys”, “Flora” y “Janet” habían pasado de largo, pero se hablaba de otro en las noticias, uno que no se había detenido en Cuba y seguía una trayectoria hacia el Golfo de México.

El domingo 4 de septiembre El Sol de Tampico publicaba “Inminente avenida del Pánuco”, las lluvias de los meteoros que no pegaron tenían ya casi incomunicado el norte de Veracruz. Y para el martes 6 de septiembre ese titular ya era “Dramática Inundación en barrios humildes”, pues las aguas de los otros caudalosos ríos Pánuco y Tamesí entraron de lleno a la ciudad.

Desde ese día, en medio de unas fuertes lluvias y vientos de 80 kilómetros por hora, decenas de familias de las colonias Nacional, Pescadores y Morelos tuvieron que salir hacia refugios temporales, escuelas y oficinas públicas, en una dramática evacuación; muchos de ellos ya no volverían a ver sus viviendas.

El miércoles 7 de septiembre el alcalde Manuel A. Ravizé recibió una llamada de la Comisión Nacional de Caminos Valles– Tampico, para informarle que el caudal del Pánuco había aumentado 7.25 metros cúbicos por segundo, por lo que se esperaba un desbordamiento mayor.

Pero un suceso poco común advirtiría que las aguas que rodeaban a la región podrían volverse una amenaza. A las 13:00 horas del 11 de septiembre, cuando trataba de entrar a la escollera, el buque petrolero “Toteco”, encalló a 25 metros de la escollera sur, al rompérsele el timón por la fuerte corriente que registraba el río, quedando varado en la bocana.

Sin reportes meteorológicos, la población se iba enterando de los ciclones conforme azotaban las costas, ese septiembre uno en especial llamaba la atención, pues no se había detenido ni desviado por ninguna de las islas del mar Caribe ni se disipó en Yucatán, por eso una noticia de El Sol de Tampico sacudió a la población “El ciclón Hilda azotará hoy este puerto”, era la mañana del domingo 18 de septiembre.

Desde las once de la noche se empezaron a sentir las rachas y para la 1 de la madrugada los vientos de aproximadamente 250 kilómetros por hora golpeaban sin piedad el puerto, el huracán entró a tierra como categoría 3, fueron poco más de 10 horas de terror que vivieron los miles de habitantes de la región. Fin de la primera parte. Continuará...