El día había transcurrido de manera normal, era jueves 29 de febrero de 1996 y nadie imaginaba que terminaría con un aparatoso y trágico choque del que muchos solo verían una enorme bola de fuego, esto hace casi 30 años.
El ir y venir de centenares de automóviles así como de personas no tenía mayores complicaciones en el cruce de avenida Monterrey y avenida Tamaulipas, en los límites de las colonias Unidad Nacional y Ampliación Unidad Nacional; la tarde era medio nublada.
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La actividad en las casas y los establecimientos comerciales ubicados en su alrededor era apegada a la cotidianidad, gente en las calles, autos circulando sin contratiempos, pero todo cambiaría minutos más tarde.
A varios kilómetros de ahí, el conductor de un autotanque estacionado en los patios de Refinería Madero hacía sus últimos preparativos para partir y entregar su cargamento de 45 mil 726 litros de gas avión en Ciudad Victoria. Jamás llegaría a su destino.
En los patios de maniobras de la colonia Guadalupe Victoria en Tampico se alistaba la máquina 6796 para encabezar la salida de un convoy ferroviario con más de 66 mil toneladas de planchones de acero con destino a las siderúrgicas del norte del país que habían sido descargados días antes en el puerto de Tampico.
Los minutos previos al choque de la máquina 6796
Cerca de las 16:00 horas se autorizó la partida del convoy, la mole de acero número 6796 comenzó a avanzar lento en dirección al norte por los rieles de la avenida Monterrey para cruzar la zona centro de Ciudad Madero y, una vez hecho esto, comenzar a acelerar para vencer la pendiente entre esta parte y Germinal.
En tanto, el conductor del autotanque de la empresa Líquidos Refinados y placas 922-AP-5, estaba listo para partir y lo hizo sin imaginar que sería protagonista de una de las más dantescas escenas vividas en el sur de Tamaulipas y que costó la vida a cuando menos dos personas en el sitio y lesiones graves a más de una decena, así como daños cuantiosos en viviendas y automóviles que se encontraban cerca del lugar del percance.
Con diferencia de minutos ambos conductores emprenden el camino hacia su fatal encuentro, en ellos debió cruzar por sus mentes que en su viaje todo saldría bien de acuerdo con lo programado momentos antes.
Muchos solo escucharon un estruendo a la distancia, pero se vivió 'un verdadero infierno'
Alrededor de las 16:15 horas el silencio de la tarde se trastornó con un estruendo que se escuchó a kilómetros de distancia, el autotanque había sido impactado de lleno por el tren luego de que el primero presuntamente intentara ganarle el paso, generado una gigantesca explosión.
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La bola de fuego se elevó decenas de metros generando una onda expansiva que impactó a personas cercanas, autos, casas ubicadas en sus alrededores, dejando víctimas mortales, personas lesionadas y daños materiales de enorme cuantía.
A los pocos minutos de ocurrido el accidente, comenzó un frenesí de sonidos producto de las sirenas de las unidades de la Cruz Roja y del Cuerpo de Bomberos de Ciudad Madero que circulaban por la calle Aguascalientes de la Unidad Nacional con dirección al sitio de la tragedia.
Ahí, ya un pequeño ejército de ciudadanos trataba de ayudar a quienes habían quedado atrapados en la escena con graves quemaduras, en especial a una madre y su hija cuyo carro era el primero de la fila que esperaba turno para cruzar.
Los conductores del ferrocarril murieron al instante, mientras que el conductor de la pipa era ingresado al IMSS con quemaduras de tercer grado. De acuerdo con testigos, el impacto del ferrocarril contra la pipa generó una explosión que cimbró y rompió los vidrios de las ventanas de las casas cercanas al crucero, alcanzando también a decenas de autos que esperaban a que pasara la mole.
Tras el impacto, la máquina del ferrocarril siguió su camino envuelta en llamas, hasta finalmente detenerse a casi 200 metros del lugar del percance donde la pipa continuaba ardiendo.
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En ese entonces no había Twitter, WhatsApp o Facebook, pero la noticia de la tragedia corrió rápido, el servicio de telefonía celular era incipiente, las redes telefónicas convencionales no daban abasto, todo mundo quería saber de sus familiares.
Paredes de las casas ennegrecidas, vidrios rotos, autos incendiados, gente descalza y llorando preguntándose qué había pasado, otras en shock, era parte de la escena en el cruce de avenida López Mateos y avenida Tamaulipas, así como en la calle San Luis Potosí y otras de la zona.
Se dice que la temperatura pasó de unos agradables 25°C a los 42°C en cuestión de segundos debido a la onda expansiva.
Años antes, en el antiguo crucero de la carretera Tampico-Mante y el acceso al puerto industrial en Altamira ocurrió un accidente similar entre un tren y una pipa que transportaba gas; el saldo fue de al menos tres muertos.
Ese día todo cambió: ahora hay más restricciones para los autotanques y pipas
Actualmente en la zona sur, como en el resto del estado, existen restricciones para la circulación de unidades autotanque, los cuales solo pueden circular en arterias específicas por la ciudad.
Pedro Granados Ramírez, exdirector estatal de Protección Civil, señaló que Tampico, Madero y Altamira albergan el mayor número de cruces de ferrocarril; seguidos de Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo.
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Ante ello, expuso, se tienen definidas acciones preventivas para disminuir accidentes lamentables como el ocurrido el 29 de febrero de 1996 en Ciudad Madero, por lo que llamó a la prudencia de los conductores dado que el ferrocarril tiene preferencia de cruce.