“El Soool”, “El Sool”, es el tradicional grito que ni la tecnología, ni las redes sociales han logrado opacar.
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Con el amanecer el grito del voceador que lleva a las casas la versión impresa de “El Sol de Tampico”, sigue siendo el despertador que levanta a los lectores para comenzar, siempre bien informados, un nuevo día.
Desde el 23 de noviembre de 1950 que salió a la venta el primer ejemplar de El Sol de Tampico en el sur de Tamaulipas, hombres y mujeres, aliados y amigos de esta Casa Editora, han recorrido las calles de esta ciudad para que nuestro periódico pueda ser leído desde el primer minuto.
Son más de 500 los voceadores que forman parte de esta familia, quienes durante siete décadas se han hecho amigos de los tampiqueños, que los reciben con gusto y confianza en casa, incluso en ocasiones se dan tiempo para conversar con ellos sobre la nota principal y despedirse, seguros, de que se saludarán al día siguiente.
Cercanos a la prensa, expertos del olor de la tinta y el papel, así como conocedores de toda las rutas del sur de Tamaulipas, a los voceadores nada los detiene porque saben que en la alegría de hacer su trabajo también obtienen el sustento para su hogar.
Aunque ahora la información también está a un click de distancia mediante el uso de los celulares con la versión digital de El Sol de Tampico, el oficio del voceador es de los pocos que aún se mantienen, a quienes ni el tiempo ha logrado robarles el arraigo y el gusto por llevar las noticias a todos partes.
Así es cómo se ha con formado la familia de El Sol de Tampico, con gente trabajadora, comprometida gustosa de informar y es que aunque haga frío o lluvia los voceadores salen todos los días ya sea a pie, en bicicleta o para estar en un estanquillo o en un crucero y llevar “El Sol” a casa, donde las familias siempre los esperan.