Sobre el agua y ofreciendo en páginas las frutas y verduras nació el mercado de la nueva ciudad. Era la quinta ocasión que llegaban personas a tratar de volver a construirla, ahora provenían de Altamira para ocupar las orillas de los ríos. Era el año de 1823 y desde entonces Tampico ya tenía su mercado flotante.
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“Tampico se funda precisamente por razones comerciales, desde esa época el mercado cotidiano se estableció en la ribera del río Tamesí, que estaba junto con el Pánuco, al ser este punto una zona donde cruzaban las lanchas para el lado veracruzano, este ir y venir de la gente se aprovechaba por los comerciantes para ofrecer sus productos” dijo el investigador Francisco Ramos Alcocer.
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Tampico en su historia ha tenido varios mercados, el nativo, que se hizo con quienes ya comercializan sus productos en la “entrada” de la ciudad, luego hubo más formal en una especie de tejaban ahí mismo y al incendiarse en 1875, se construirá otro metálico para evitar que esto suceda de nuevo.
A este primer mercado se le llamó Hidalgo, pero al seguir creciendo la ciudad de forma muy rápida, por instrucciones de Emilio Portes Gil se manda a realizar un mercado con un material nuevo que se empezaba a utilizar: el cemento, el nuevo mercado se construirá en un área donde se disecó el río Tamesí y tendrá una extensión que se llamará Benito Juárez.
“Cuando rellenaron el río, en 1920, había alerta en Tampico por una pandemia de peste bubónica y se detiene el proyecto de los nuevos mercados, al considerarse esta zona de alto riesgo, ya para 1825 se da la orden de inicio de la obra y al año siguiente se terminarán la primera fase. Esa construcción resistiría dos inundaciones, la del ciclón Inés en 1933 y la que los cubrió casi en su totalidad, la del letal Hilda; de igual manera en 1933 una epidemia de cólera los dejaría sin operar meses” añade.
Y lo que no hicieron los ciclones, lo hizo el hombre; en agosto del 2015, a 90 años de haber iniciado su construcción, estos mercados fueron demolidos para iniciar una nueva etapa, que también tuvo que sortear primero la resistencia de los locatarios y ya casi para iniciar a operar otra pandemia, la del Covid-19, que extendió por meses el inicio de su apertura.
La historia de una ciudad está en sus mercados, señala Francisco Alcocer, quien editó hace unas semanas el libro “Los Mercados de Tampico”, “en el mercado pasa todo, es el centro de la vida cotidiana, muchas historias se desprenden de sus locales y la forma de vida de su gente se descubre aquí también”.