El Astillero de Marina 1 de Tampico y el Dique Seco de Pemex en Ciudad Madero, son actores principales en la industria naval del país.
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Ante su importancia, las páginas de El Sol de Tampico han dado cuenta de su desarrollo y alcances en la fabricación, modernización y mantenimiento de embarcaciones militares y mercantes.
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Cada uno juega un papel preponderante en el progreso marítimo, con la construcción de buques, patrullas oceánicas, lanchas interceptoras, así como en la reparación de barcos tanques y buque cisternas y remolcadores y sus historias más importantes han sido narradas en nuestro impreso.
EL ASTILLERO
En el Astillero de la Secretaría de Marina, ubicado en la colonia Morelos, ha formado y consolidado mano de obra calificada 100% mexicana en la fabricación y modernización de flota, con mas de 104 navíos a lo largo de sus 65 años de existencia y en las últimas década ha dado vida a las patrullas costeras “Palenque”, “Mitla”, “Uxmal”, “Tajín”, “Tulum”, “Monte Albán”, “Bonanpak” y “Chichén Itza”.
Aunque fue inaugurado en 1930, siete años después paso a manos del gobierno federal y de la Secretaría de Marina, posicionado en este siglo a nuestro país en los primeros cinco lugares de América Latina en la industria naval, con la producción de embarcaciones que tienen como misión realizar operaciones de vigilancia, interdicción, disuasión, búsqueda, rescate y el combate a actividades ilícitas, además de salvaguardar la vida humana en las zonas marinas mexicanas.
EL DIQUE SECO, MUCHAS HISTORIAS QUE CONTAR
De las muchas crónicas plasmadas en las páginas de El Sol de Tampico, destaca la que ocurrió el martes 28 de junio de 1983, cuando entró en operación el Dique Seco de la Terminal de Operaciones Marítimas y Portuarias (TOMP) de Petróleos Mexicanos.
Se le impuso el nombre de “Ignacio Ramírez Zúñiga”, en honor a un trabajador ejemplar de la empresa pública.
Las instalaciones, marcaron una nueva época para el sector portuario nacional y desde entonces en la margen izquierda del río Pánuco, obreros especialistas y profesionistas mexicanos han restaurado centenares de buques tanques, cisternas, remolcadores y hasta barcos de guerra de la Secretaría de Marina.