Los marinos mercantes mexicanos no tienen mucho que celebrar este 1 de junio, pues a poco más de 18 meses que el virus SARS-CoV-2 flagela a la humanidad, afrontan un desempleo sin igual por la disminución del comercio internacional, el colapso de la industria turística y la poca actividad petrolera en el país.
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En los últimos 40 años, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) se negó a escuchar las demandas de los empresarios y del sector social de fortalecer la Marina Mercante nacional y ahora tienen la esperanza que podría darse un cambio para bien, una vez que la Secretaría de Marina (Semar) desde este mes tome el control total de los puertos mexicanos.
Los capitanes Jorge Díaz Treviño, presidente del Colegio de Marinos del Istmo de Tehuantepec, y Guillermo Parra Avello, del Frente Unido de Marinos, coinciden en la necesidad de crear políticas de largo plazo e incentivar la inversión de empresas mexicanas para la compra de flotas
Establecen además la necesidad de fomentar la construcción naval y hacer convenios con líneas navieras que hacen comercio marítimo en México a fin de recibir a egresados de las escuelas náuticas para realizar sus prácticas profesionales, ya que hoy enfrentan muchas complicaciones.
DESEMPLEO GALOPANTE
El capitán Díaz Treviño consideró que acciones como estas promoverían la contratación de marinos mexicanos, que tienen reconocimiento en todo el mundo y habría una mayor participación de connacionales en el comercio marítimo hacia nuestro propio país, el cual alcanza hasta los 40 mil millones de dólares anuales.
Alrededor de 90% del comercio mundial tiene lugar por vía marítima, gracias a la labor que desarrollan dos millones de marinos en todo el mundo y por otro lado, la pesca comercial aporta una de las principales fuentes de alimento a la humanidad, indicó.
El capitán Rogelio Knight Castillo presidente del Colegio de Marinos de Tamaulipas expresó que si bien todos los marinos del orbe afrontan las secuelas por el Covid-19, en nuestro país es peor porque la industria está frenada por las políticas federales, no hay certidumbre para la inversión privada, además que hay una ausencia total de estímulos para el florecimiento de esa industria.
La pandemia, la caída del comercio mundial, el desplome de la industria turística y el estancamiento del sector energético en el país se combinaron para detener la contratación de profesionistas de mar, los cuales afrontan un desempleo sin precedente, obligando a muchos a emigrar a países lejanos y abandonar por meses o años a sus familias. En México el registro es de más de 4 mil profesionales del mar activos, pero hoy es una profesión que vive una etapa muy difícil, pues otro problema es que a más de un año que comenzó la dispersión mundial del virus Covid-19 es muy complejo que las tripulaciones hagan desembarcos y regresen a casa por las cuarentenas, que suelen ser más difíciles en países de África, Asia y América Latina.
VARADOS MÁS DE DOSCIENTOS MIL EN EL MUNDO POR EL COVID 19
Incluso la Organización Marítima Internacional (OMI) anunció hace algunas semanas una nueva herramienta de diligencia dirigida a las compañías del sector marítimo e insta a proteger los derechos humanos en el mar, publicando una lista de orientaciones para ayudar a los más de 200 mil profesionales del mar varados en los buques debido a las restricciones impuestas por la pandemia de Covid-19.
Incluso hay preocupación ante los informes de la gente de mar que trabaja más allá del período máximo de once meses de servicio a bordo, expresó el Cap. Parra Avello.
La OMI también ha difundido informes que compañías dedicadas al tráfico comercial internacional están evitando fletar buques cuando hay que cambiar la tripulación, y que algunas exigen cláusulas sin cambio de tripulación en las cartas de fletamento, lo que impide los cambios de tripulación necesarios y aumenta la presión sobre el sector del transporte marítimo.