Guatemala celebró este domingo unas elecciones generales marcadas por varios incidentes violentos en las que más de 8 millones de personas, preocupadas por la migración, la pobreza o la corrupción, estaban llamadas a las urnas para elegir, entre otros cargos, a su futuro presidente.
Después de once horas de una larga jornada electoral, los centros de votación cerraron sus puertas a las 18.00 hora local (0.00 GMT del lunes) y el Tribunal Supremo Electoral puso a cero el sistema de cómputo para empezar con el escrutinio de papeletas, un proceso que se prevé largo por la numerosa lista de partidos que compiten.
Este 16 de junio, los guatemaltecos estaban convocadas para elegir, además de presidente y vicepresidente, a 160 diputados al Congreso, 20 al Parlamento Centroamericano y 340 corporaciones municipales.
Sin embargo, el presidente del Tribunal Supremo Electoral, Julio Solórzano, reconoció que la participación no se prevé alta, pero añadió que la abstención es "una forma que los ciudadanos tienen de manifestarse en contra del sistema".
También hay dudas sobre los incidentes registrados durante toda la jornada. Han sido varios los municipios en los que han sucedido altercados, como el que se tuvo lugar en San Jorge, en el departamento de Zacapa. Ahí las autoridades se vieron obligadas a suspender las elecciones por la renuncia de la junta electoral, que supuestamente fue amenazada de muerte.
También se registró un enfrentamiento entre un grupo de pobladores del municipio de Esquipulas Palo Gordo, en San Marcos, con la Policía Nacional Civil cuando los vecinos cerraron el centro mientras denunciaban que algunas personas habían sido "acarreadas" en autobuses y camionetas para que llegaran a votar.