Manoella Torres inicia la celebración de sus 51 años en los escenarios con el concierto que brindará la noche de este sábado 11 en el Lunario del Auditorio Nacional y, debido al éxito, abrió una segunda fecha, para el viernes 17 con su show La mujer que nació para cantar.
“Desde la primera vez que le hablé a Manoella, le dije que le iba a producir una noche como México y tú se merecen. Y ella aceptó, pero ahora serán dos”, informó el productor Sergio Gabriel en conferencia.
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Manoella Torres comentó que ella por su parte, ya estaba preparando otro concierto no sólo con sus éxitos, “sino también con canciones conocidas de América Latina”, aunque no descarta incluir algunas en inglés.
La intérprete de temas como A la que vive contigo, Libre como gaviota, Ahora que soy libre o Te voy a enseñar a querer, expresó: “estoy contenta, muy emocionada, quiero ser sincera, siempre me pongo nerviosa, pero es parte de mi personalidad y esencia, porque desde la edad de cuatro años empecé a cantar, gracias a mi abuela; que me compró un piano, pero una vez que hice un berrinche, lo mordí y eso bastó para que mi abuela lo vendiera”.
Volver al escenario, afirmó, “no es sólo subirse a cantar, ante todo es un respeto y una responsabilidad cantar frente a un público. Agradezco infinitamente que han seguido mi trayectoria por cinco décadas y un año más. Luego de venir de dos años de encierro, es una fortuna, de verdad para mí es vivir el día a día a plenitud con todo lo que venga”.
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La cantante adelantó que después de estos dos conciertos, tiene para su público sorpresas musicales; “es un proyecto emotivo que estoy preparando y que me llevará a realizar un tour recorriendo varios estados del país, espero seguir con salud para cumplir cabalmente todas las presentaciones que tenemos pensado”.
Al hacer un recuento de su trayectoria en la música, la cantante relató: “He tenido muchas experiencias, llenas de mucha alegría, otras no tanto, porque en la vida debemos tener todo tipo de experiencias para poder añorar y aprender de cada una, para crecer desde nuestro interior; de repente nos equivocamos en algo, pero bueno, es porque no somos perfectos. Se vale que uno siempre tenga ese afán de perfeccionismo y exigencia”, finalizó.
