Cuenta la leyenda que al oriente del cielo un dragón lleva dormido muchos años, que descansa inmutable entre la sombra y el silencio, y que el gran ruido que hacen sus vecinos parecía no importarle mucho al saberse dueño de un enorme poder, contenía un descanso que era largo y pesado; pero un día, un bufón de un reino al otro lado del mar, que quería llamar la atención y también ganar la reelección, decidió que no bastaba con gritar y comenzó a arrojarle piedras. Y triunfó la lógica, el Dragón … despertó.

Los análisis estadísticos nos hacen reflexionar mucho sobre el actual papel de China en el mundo de la tecnología, hasta finales del siglo pasado, a nivel global se había acuñado la creencia de que los productos de origen chino, en su generalidad, eran sinónimo de productos de baja calidad, que estaban pensados para durar menos de un año y que, por tanto, sus precios debían ser por ley ridículamente bajos. Realidad que ha cambiado bastante y de manera acelerada durante las primeras dos décadas del presente Milenio. Proyectando a China como un gigante económico y un líder en desarrollo de tecnología propietaria, que no está aún al alcance de muchos países occidentales; y, por otra parte, como un productor masivo de electrónica especializada, para satisfacer la insaciable demanda de otros mercados, integrando, maquilando y distribuyendo a nivel mundial tecnología que si bien, no fue desarrollada o patentada por ellos, nadie conoce mejor.

La China actual, en su modelo económico es una ambigüedad, al ser un modelo socialista abiertamente capitalista, algo así como un socialismo iluminado, dotado de las herramientas para masificar la tecnología y las grandes aplicaciones de la ciencia que esta nueva sociedad red demanda. Y aunque se llevan casi dos décadas hablando del tema, fue en algún momento entre 2013 y 2015 que China superó a los Estados Unidos como la mayor economía del planeta, dato proporcionado por Business Insider, medio especializado en noticias financieras precisamente del país anglosajón.

Y hoy, el resultado de este crecimiento, ha sido la confrontación, más artificial que natural, entre las compañías tecnológicas estadounidenses y porque no decirlo, de países anti China, en contra de las principales empresas tecnológicas del país asiático, respaldas como hemos visto en leyes, posturas, declaraciones y acciones ejecutivas que pretenden dejarlos en la lona. Pero China no va dejarse a ganar de ninguna manera, y ahora que uno de sus buques insignia Huawei® está siendo seriamente castigado, ha buscado, y conseguido, el respaldo de un tercer jugador fuerte en la escena, Rusia, con quién ha firmado ya un convenio para seguir desarrollando a 5G, y recibir apoyo, con toda su tecnología, sus recursos naturales y su gran influencia en el mundo, que son por mucho sus cartas más fuertes, ya que en economía con alrededor de 146 millones de habitantes este país tiene PIB apenas comparable con lo que produce el Estado de Texas.

Además, la compañía China ha iniciado el contraataque sobre compañías estadounidenses y europeas que usan (o usaban) algunas de sus patentes más importantes, como es el caso de Verizon ®, compañía de telecomunicaciones con sede en Nueva York, que acaba de ser demanda nada más que por mil millones de dólares por usar patentes de la compañía China. Para hacernos una idea de las dimensiones de esta demanda, imaginemos que una compañía en México fuera demandada por una empresa extranjera por el 15% de lo que gana en un año, pero que, de no responder, debería dejar de usar casi el 90% de las patentes que necesita para poder operar.

Y hablando precisamente de operaciones estratégicas y tecnológicas, en China, dos grandes compañías ya manifestaron su respaldo al nuevo Sistema Operativo de Huawei®, del cuál aún especulamos si se llamará Ark OS ú HongMeng OS que es el nombre con que se ha registrado en Latinoamérica, en el caso de nuestro país, ante el IMPI la semana pasada. Siendo estas Xiaomi y Oppo, grandes jugadores en Asia, y el primero de ellos ya con presencia en México desde hace dos años, ganando poco a poco mercado con su famoso, bueno, bonito y barato Redmi Note®.

Y del lado americano, un gran protagonista que había tratado de mantenerse al margen de esta crisis que afecta a uno de sus grandes competidores (Google®), se ha pronunciado y ha dicho también NO a Huawei® nos referimos a Facebook, quién de la mano de su CEO Mark Zuckerberg anunció que las nuevas terminales de la compañía asiática no podrán llevar preinstalada la aplicación de su red social, cosa que creo que no les importó mucho a los mil millones de chinos que como quiera no podían usarla y en su lugar usan WeChat®. Lo que sí les va a doler a todos es que también los dispositivos Huawei® se quedarán sin Instagram® y sin WhatsApp®, al menos de fábrica.

Y antes de despedirme amable lector, quiero traerle una exclusiva, ya que no será de lo único que va a dar de que hablar el gigante estadunidense de las redes sociales este mes, ya que se rumora fuertemente que desde hace tiempo Facebook ® está trabajando de la mano de cientos de sus desarrolladores en una tecnología de la que ya hemos escrito antes en esta columna, llamada “Blockchain”, para poder presentar de manera oficial su propia criptomoneda, tal como usted lo lee, en menos de un mes Zuckerberg y compañía presentarán su propia versión del BitCoin, conocida hoy en los bajos mundos de la DarkWeb como “Proyecto Libra”, y no lo harán solos, ya que desde su nacimiento vendrá respaldada por compañías del tamaño de Uber®, Booking. com® (que por cierto acaba de “aparecer mágicamente” en millones de teléfonos Huawei®) y de nada más y nada menos que los gigantes del mundo financiero, VISA ® y MasterCard®. De conseguirlo, este imperio basado en las redes sociales, traslapará a ser uno de los grandes imperios financieros a nivel mundial, y quiénes deberían de estar más preocupados por ello no son los chinos, sino nuestros amigos de Alpahabet®, Apple® y Amazón®. Recuerde que lo leyó aquí primero. “Buena suerte Mark, la vas a necesitar.” (Eduardo Saverin).

Así, en estas circunstancias, de un mundo con Dragón despierto, es que el próximo 28 y 29 de Junio, en Osaka Japón, se van a ver las caras, Donald Trump y Xi Jinping en el marco de la cumbre 2019 del G20. Esperemos amable lector, que, para bien de todos, triunfe la razón ante la visceralidad, y sean momentos como los que necesita el mundo, y no solo el tecnológico, para la paz, la negociación y el entendimiento que nos conviene a todos, incluidos México y el resto de Latinoamérica, y antes que desenvainar espadas haya un buen apretón de manos. En el cielo de este mundo hay espacio suficiente para vuele el Dragón, el Águila Americana, y porque no, también el Águila Real.

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