Cuando ocurren derrames de hidrocarburos, es fundamental implementar la contención, limpieza y subsecuentemente la remediación de la zona afectada. Hoy en día, existe una mayor conciencia sobre los efectos en el medio ambiente. En la zona sur de Tamaulipas, la empresa MARTERRA Group se especializa en ayudar a la industria petrolera en la contención de estos eventos.
Recientemente, MARTERRA Group organizó la conferencia “Control de derrames de hidrocarburos en terminales marítimas y portuarias, y sus implicaciones legales con los seguros marítimos”, impartida por el consultor Dr. Juan Carlos Rivera García LL.M, quien ha servido como autoridad marítima en el gobierno de Honduras y agencias especializadas del sistema de la ONU y el Capitán Carlos Sagrera, representante para América Latina de ISCO (International Spill Control Organization).
El evento fue celebrado en el Club de Industriales, y el Director General de MARTERRA, Francisco López Lerma, dio la bienvenida a los invitados, entre los cuales se encontraban directivos de terminales portuarias, autoridades medioambientales, agencias navieras, armadores y personalidades del sector marítimo y portuario.
El papel de los seguros marítimos
Una de las palabras clave en los seguros marítimos es la razonabilidad, que se refiere a que la firma contratada responderá de manera razonable, explicó el especialista Juan Carlos Rivera. “El seguro no solo cubre los gastos del control de derrame, su limpieza y remediación, sino que además de ello debería cubrir los reclamos por derrames de hidrocarburos en relación a los, daños, perjuicios y pérdidas puramente económicas.
La pérdida puramente económica considera desde el perjuicio que recae en los hoteles que no reciben huéspedes debido a la contaminación de la playa, hasta pescadores que no pueden trabajar en virtud de zonas afectadas por la contaminación o vender sus productos por la pérdida de confianza. Al final del día los reclamos serán considerados sobre la base de razonabilidad e información técnica disponible in situ”.
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Todas estas variantes están cubiertas bajo el esquema de compensación establecido bajo el “Convenio Internacional sobre Responsabilidad Civil nacida de daños debidos a contaminación por hidrocarburos, 1992 (CLC 92) y el “Fondo Internacional de Indemnización de daños debido a contaminación por hidrocarburos (FONDO 1992)”, del que México forma parte. Ambos Convenios aplican a embarcaciones tanqueras que transportan hidrocarburo persistente.
El costo de no contar con seguros
El consultor destacó que la actividad marítima portuaria moderna no da espacios para la ausencia de seguros de responsabilidad civil por daños a terceros. El esquema de compensación internacional los exige mediante un sistema basado en niveles. En el primer nivel responde el propietario de la embarcación limitando su responsabilidad civil a través de la póliza de seguro exigida por el Convenio CLC 92, una vez pagados los límites del precitado Convenio se activa un segundo nivel a través del FONDO 1992.
Debemos tener en cuenta que este sistema de compensación no se aplica a los derrames de hidrocarburos provocados por embarcaciones no tanqueras, instalaciones offshore, instalaciones portuarias, o en caso de derrame de hidrocarburos no persistentes o ligeros. En el escenario mexicano, la compensación recae exclusivamente en las pólizas de seguro. Por lo tanto, es importante revisar detalladamente las coberturas para asegurar una compensación adecuada para todas las partes interesadas.
De no existir una póliza de seguro enfrentaremos severos daños cuyas consecuencias financieras no serán cubiertas. Dichas consecuencias dependerán de las particularidades de la contingencia. A razón de ejemplo el Dr. Rivera menciono un caso en Estados Unidos donde un derrame de diésel de una embarcación pesquera, aunque no muy grande, afectó una zona de pesca tribal, provocando una respuesta de 6 millones de dólares y perjuicios que por los montos se calculan en 50 millones de dólares. “Cada caso es diferente y requiere una evaluación ambiental y financiera específica”.
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En la estructura de compensación, está la responsabilidad civil por daños a terceros, donde se emiten pólizas de seguros a cada embarcación hasta cierto límite. Más allá de ese límite, interviene el fondo internacional de derrames de hidrocarburos.
“Estos Convenios internacionales requieren de normativas de implementación a fin de adaptarse a las realidades jurídicas del país. A parte de la activación de los planes de contingencia por medio de la Capacidad de Respuesta real (equipo y personal para atender derrames) es requerido afinar los mecanismos legales que permitan facilitar la activación de los sistemas de compensación, y el país va por buen camino”.
Tanto la capacidad de respuesta como la compensación son engranajes de una maquinaria que procurara una actividad marítima portuaria ambientalmente sostenible y mares mexicanos limpios.
México cuenta con una buena base ambiental
El representante para América Latina de ISCO (International Spill Control Organization) y asesor de MARTERRA, Carlos Sagrera destacó que México tiene una buena base ambiental. “En México y Tamaulipas, se ha determinado con precisión qué áreas son ambientalmente sensibles en todas sus costas, incluido el río Pánuco. Esto ha sido realizado por la Primera Zona Naval, con un plan local de contingencia y simulacros”.
Explicó que cuando ocurra un derrame y afecte la zona, se aplicará ese plan para que todo quede como estaba, y es obligación de la empresa responsable alcanzar ese objetivo en las áreas en riesgo de derrames. “Empresas como MARTERRA existen gracias a la conciencia ambiental, nacida hace 15 años debido a los derrames y la necesidad de Pemex de un trabajo especializado que ahora ofrecemos”.
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MARTERRA comenzó con la contención y prevención, especialmente durante las lluvias, colocando barreras para contener antes de que ocurra el derrame y recuperando el petróleo del agua con equipos mecánicos. De esta manera, MARTERRA empresa 100% mexicana y tamaulipeca se ha convertido en una compañía líder a nivel nacional en la prevención y control de derrames de sustancias contaminantes.