Aunque tienen su origen en EstadosUnidos, donde se les llama "Teddy Bear" -oso Teddy- en referencia al expresidente Theodore Roosevelt -1901 y 1909- por rehusarse a disparar a un oso en una cacería, estos juguetes de felpa tienen gran arraigo en México y se manufacturan masivamente.
Tanto que el pueblo de Xonacatlán de Vicencio, en el Estado de México, es conocido como “Capital Peluche”, ya que es justamente en esta zona donde se diseñan, confeccionan y fabrican la mayoría de estas tiernas y suaves piezas.
Además de un gran fervor a su patrono, San Francisco de Asís, la mayoría de los 46 mil 300 habitantes de este pueblo del valle de Toluca están relacionados con esta industria que se ha convertido en ícono de la región mexiquense.
“Durante generaciones nos hemos dedicado a realizar muñecos de peluche, comenzamos con un pequeño taller pero ahora, conforme la demanda, hemos ido creciendo tanto en personal como en tecnología”, dijo Sara Rodríguez Pecina, trabajadora del ramo con más de medio siglo de experiencia.
Y no solo se limitan a fabricar osos, sino que se extienden a las tradicionales creaciones de Disney, Bob Esponja, los unicornios, búhos, pandas, perros, hasta personajes de series como los Simpson, Superman, Mario Bros o el Oso de Masha.
La fabricación no para durante todo el año, aunque lógicamente es en festividades como el Día del Amor, el Día del Niño, Día de las Madres y Navidad cuando la “peluche manía” se apodera de los compradores y las máquinas trabajan a todo vapor.
En esta “Capital Peluche” se puede encontrar de todo, desde las miniaturas que sirven de llaveros, aquellos de tamaño convencional -20 a 35 centímetros- hasta los que sobrepasan la medida de una persona.
Los hay con rostros tiernos y alegres, aunque en algunos casos y bajo petición del cliente se pueden colocar facciones de enojo, terroríficas e incluso han pedido osos de peluche zombies.